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Europa League | Villarreal 2 - Brujas 1

Rossi y Gonzalo allanan Europa

El Submarino tuvo ocasiones para un triunfo más cómodo. Vargas vio la roja en el 25' y Cani se fue lesionado por la dureza del Brujas. Brilló Montero.

Óscar Megía
Actualizado a
Rossi y Gonzalo allanan Europa

El Villarreal también carbura en Europa. Con algo de sufrimiento, por lo ajustado del resultado, pero con la solvencia que transmite su buen fútbol. Porque los de Garrido acumularon méritos y ocasiones para deshacerse del Brujas por un marcador más holgado. Tres puntos que le dan aire tras el tropiezo inicial en Zagreb y que confirman que este Submarino va en serio en Europa. Y, además, recuperando a futbolistas para la causa. Porque las rotaciones de Garrido sí funcionaron en esta ocasión: Cani lideró al Submarino hasta que fue sustituido tras una entrada bestial; Gonzalo firmó el definitivo 2-1; y Jefferson Montero cogió el testigo de Cani y desequilibró una y otra vez por su banda, siempre creando peligro. Para que la fiesta fuera completa, sólo faltó que carburara Altidore. Pero eso ya fue mucho pedir en 90 minutos en los que al Villarreal le tocó sufrir también la dureza, en muchas veces consentida por el colegiado, de un Brujas que acabó con uno menos y pudo hacerlo con diez o, incluso, con nueve.

El Villarreal salió enchufado, consciente de lo que había en juego. De hecho, a los 30 segundos pudo firmar el 1-0, pero Altidore ya dejó claro que no iba a ser su noche. El estadounidense acumuló error tras error; el más clamoroso en el 40' cuando sólo tenía que empujar un centro de Capdevila. Más inspirado estaba Cani, que lideró el juego de ataque del Submarino... hasta que le dejaron. En el 25' se llevó un codazo tan claro como infantil de Vargas, que era, hasta ese momento, el futbolista más desequilibrante del Brujas. Pero es que siete minutos después, Cani vio las estrellas con una entrada escalofriante de Blondel por la que debió ser expulsado. Pero el ruso Layushkin no se atrevió y sólo le mostró la amarilla, a pesar de que el futbolista local se fue en camilla.

Entonces, el marcador seguía 0-0. Un resultado que para nada reflejaba lo que estaba ocurriendo sobre el césped de El Madrigal. Con Borja Valero haciendo de Senna, el choque era un monólogo de un Villarreal que acumulaba ocasiones, pero al que le faltaba acierto. Tuvo que ser tras un saque de esquina, con una gran conexión entre Cazorla y Capdevila que culminó Rossi. Con el 1-0 y un hombre más, tocaba llegar al descanso con la tranquilidad de tener el partido encarrilado. Pero nada más lejos de la realidad. Porque en la prolongación, el Brujas firmó el empate aprovechando una mala salida de Diego López. Un castigo inesperado y, por supuesto, inmerecido que obligaba a ponerse las pilas.

Gonzalo hizo justicia. Y eso es lo que hicieron los amarillos en la reanudación. Siempre con Jefferson Montero al frente. Mientras en Zagreb, las seis novedades que introdujo Garrido en el once no funcionaron, anoche las rotaciones sí dieron resultado. Prueba de ello la acción del segundo gol. Nació de las botas de Jefferson Montero, una pesadilla para Díaz en la banda derecha, y lo firmó Gonzalo Rodríguez de cabeza. Sobresaliente para el argentino, que necesitaba un partido así. Tras un verano en el que tuvo pie y medio fuera del Submarino, empieza a recuperar la confianza de Garrido y de toda la afición amarilla. Su calidad y liderazgo son incuestionables y la mejor noticia para el Villarreal es sumarle, de nuevo, para la causa.

Lo que no amainó hasta el pitido final fue la dureza de un Brujas que, como ya demostró la temporada pasada en la eliminatoria contra el Valencia, vive siempre muy por encima de lo permitido. Con el 2-1, ya no debía haber margen para un nuevo susto. Y no lo hubo... hasta el 95', en el que los belgas pudieron hacer el 2-2. Ése fue el único pero que poner a los amarillos, que no supieron cerrar el triunfo y dieron suspense a un partido que no se podía escapar. Europa ya tiene buena pinta para el Villarreal.