Messi: el día en que un niño marcó seis en una prueba
Hay momentos que resultan fundamentales para la historia de un club. Uno de ellos, es el día en que Messi llegó a Barcelona. Ayer se cumplieron 10 años desde que un chaval escuchimizado puso el pie en aeropuerto de El Prat para cambiar un club. Esta es la historia de ese día.


Ayer se cumplieron diez años que procedente de un vuelo de Buenos Aires con escala en Madrid, aterrizó en El Prat un chico llamado Lio en homenaje a Lionel Ritchie (el cantante favorito de su madre) junto a su padre. Les esperaba Horacio Gaggioli, representante asociado al despacho de Josep Maria Minguella, en la terminal. Nada más aterrizar, Gaggioli les llevó al Hotel Rallye, justo delante del Camp Nou, donde Leo (antes Lio) Messi durmió por primera vez en Barcelona.
Dos días después de su llegada, sonó el teléfono de la habitación. Era la llamada esperada desde hacía 48 horas. El departamento de fútbol base del Barça convocaba al joven argentino a un partido de prueba entre el infantil A del club blaugrana y infantil B. Messi llegó al campo entre las miradas de burla de los cachorros blaugrana. "Era muy bajito, casi no hablaba y nadie podía imaginar la que nos iba a liar", explica el defensa Gerard Piqué, uno de los privilegiados que sufrió la primera exhibición de Messi en terreno blaugrana. Tenían por aquel entonces 13 años.
Espectacular.
Esa tarde, en los campos de arriba del Mini, los de césped artificial, Messi dejó a todo el mundo con la boca abierta. "Marcó seis goles, disparó dos veces al poste y a la media parte tuvieron que cambiarle de equipo para equilibrar el amistoso", recuerda Joan Lacueva, que por aquel entonces era el ejecutivo responsable del fútbol base del Barça.
Nada más jugar la prueba y asombrar a todos los presentes, Leo regresó a Argentina sabiendo que ya era jugador del Barça. El 14 de diciembre, volvió a Barcelona y Rexach le firmó su primer contrato en una servilleta de papel. No se equivocó.