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Europeo Sub-19 | Croacia 1 - España 2

La Rojita se restablece al ritmo armónico de Thiago

Importante remontada basada en el toque y la circulación.

Actualizado a
<b>ALEGRÍA. </b>Pacheco corre a felicitar al goleador Rodrigo como Muniain y Montoya ya lo hacen y ante la desolación del croata Vrsaljko.
ALEGRÍA. Pacheco corre a felicitar al goleador Rodrigo como Muniain y Montoya ya lo hacen y ante la desolación del croata Vrsaljko.a. gabilondo

Ganar cada partido de cada campeonato cuesta un mundo. Y si es el primero, el que marca el camino a seguir, mucho más. Sucede siempre. Desde el torneo juvenil de la comarca hasta el más grande Mundial. El miedo a perder paraliza cuerpo y mente. Es difícil empezar a competir. Ya le pasó a La Roja en Sudáfrica y ayer a punto estuvo de sorprenderle a su sucesora de aquí a unos años. Afortunadamente, la Sub-19 de Milla reaccionó en un segundo tiempo completísimo y respira aliviada. Atrás quedaron los miedos que le aletargaron cuando se destapó el talón de este Europeo.

No es que España comenzara excesivamente mal, pero su ritmo fue decayendo poco a poco hasta convertirse en lo suficientemente intermitente como para perder la continuidad. Si algo trata de inculcar el técnico a estos chicos es que la pelota ha de rodar rápido de lado a lado. Calidad más velocidad es una ecuación casi indefendible. No se la ha inventado Milla de la nada, sino que la ve perfectamente plasmada, como todos, cuando juega la absoluta. Y ese es el reluciente espejo en el que ha de mirarse este joven equipo.

Mejoría.

Por eso mismo, un aislado remate de Rodrigo que detuvo abajo Delac no puede considerarse suficiente bagaje para la mitad de un partido. Mucho menos cuando los equipos juegan a encerrarse y son capaces de sacar petróleo de la nada. Así ocurrió con el golazo de Andrijasevic, que por un momento puso contra las cuerdas a La Rojita. La reacción era necesaria. Había mucha categoría que demostrar. Y, afortunadamente, nadie se escondió.

Muniain prendió la mecha y Thiago, Canales, Pacheco y todo el equipo empezó a funcionar. Eso sí fue una fiesta. El tiqui-taca más virgen, presente en los goles de Thiago y Rodrigo, pero sobre todo en un remate de Bartra al larguero. Estos chicos tienen fútbol. Y del bueno. Aunque cueste activarlo de buenas a primeras.