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Mundial 2010 | Argentina 4 - Corea S. 1

Higuaín ya es el pichichi

Hat-trick de Higuaín, con saludo a su presidente. Argentina aniquila a un rival temeroso. Su defensa y mayor duda regaló el 2-1. Debutó y bien Agüero

Tomás Guash
Actualizado a
<b>GRAN TRIDENTE DE LA LIGA. </b>Messi, Higuaín y Agüero celebran el tercer gol del jugador del Real Madrid ante el abatimiento del portero y la defensa coreana.
GRAN TRIDENTE DE LA LIGA. Messi, Higuaín y Agüero celebran el tercer gol del jugador del Real Madrid ante el abatimiento del portero y la defensa coreana.

Argentina dio un puñetazo en la mesa del Mundial. Le hizo cuatro a Corea del Sur en la segunda goleada del campeonato, con la de Alemania (4-0) a la pobre Australia. Nuestra cabeza se fue al España-Suiza, claro. Rival también asequible al que no supimos derrotar. Entre otras cosas porque La Roja falló ante puerta lo que Argentina no falla. Bueno, si acierta un poco más ayer los asiáticos se llevan siete. Total y para centrar la situación: el equipo de Maradona está con un pie y los cinco dedos del otro en octavos. Ha hecho los deberes en su grupo: me voy convenciendo de que es lo más ahora lo único importante. Lo hizo con hat-trick de Higuaín, que preguntado por este enviado especial al término del partido mandó un saludo a Florentino Pérez, su presidente madridista... e hincha de Benzema. ¿Algo para Florentino?, le pedimos. "Un gran saludo", contestó El Pipa entre carcajadas.

Y es que había que darle a esta crónica un tono madridista, y que Messi nos perdone, porque fue como un Madrid-Almería o así en el Bernabéu. Rival superior, Argentina/Madrid, contra rival inferior, Corea/Almería. Pim-pam-pum, 2-0 para el poderoso sin despeinarse. Tanto que ni meter el primero necesitó: se lo hizo el contrario, el 10 de Corea, Park Chu Yong, rematando en propia puerta un centro de Di María. Que mejoró respecto al partido con Nigeria, sobre todo en la primera parte. En la segunda desapareció, como su equipo hasta el 3-1.

Sigamos. Pim-pam, 2-0, control total, adversario temeroso y en estas, error de la defensa (se durmió Demichelis y se aprovechó Yong Lee), 2-1 al filo del descanso y cierto desasosiego de la parroquia Argentina/Madrid.

Vuelta al campo, larga torrija del 'local'... y al final 4-1, con tres de Higuaín, que se sitúa Pichichi por encima del atlético Forlán. ¿A que les suena la película con El Pipa de protagonista? Pues eso. Una vivencia que nos permite seguir españolizando el relato: a Argentina le abrieron y cerraron el partido Messi, Higuaín y el Kun Agüero, al que su suegro rescató del banquillo en la segunda mitad y jugó un rato muy meritorio. También jugó bien Tevez. Uno de los goles del hat-trick llegó tras gran pase suyo. Más tarde casi hizo el quinto, el del Atleti.

En realidad el partido fue eso, un hincharse del nueve argentino aprovechando la superioridad de su equipo, que va creciendo en confianza y al que sólo queda por ver frente a un rival que le vaya a buscar. Pues su defensa, por el lado del no-lateral Jonás y Demichelis, no es precisamente fiable. Si volvemos a pensar en España, parece claro que Argentina tiene lo que nosotros no tenemos, Messi, y nosotros tenemos (o teníamos y esperamos recuperar) juego colectivo en todo su esplendor.

Argentina además tiene la misma pólvora que el resto de 31 selecciones aquí presentes o más. Da grima saludar a Diego Milito después del partido y pensar que ni ducharse necesitó. Y el rival, sobre todo si es Corea del Sur, lo sabe y se achanta. Fue sólo tras el 2-1 y comprobar que la zaga del rival es atacable, que se estiró. Y el Park bueno, el del Manchester, estrelló en el lateral de la red un pelotazo para el 2-2. Eso sí, después de que Argentina perdiera por dos o tres veces el 3-1.

Aparece Leo.

De pronto Messi montó un contragolpe y tras un rechace del palo, Higauín empujó a la red en fuera de juego. Tan justo y rápido que no podemos cobrárselo al auxiliar. Messi es el jefe total ya en la albiceleste. Se mueve por todo el frente de ataque y cuando el sub-jefe Mascherano le da una voz colabora en la tareas defensivas. Corea diseñó un plan para pararle y no le salió del todo mal. Su problema es el de todos: tres/cuatro veces se va Messi como poco... y al Pipa de ayer, a bodas le convidaron. Crece Argentina con Maradona agarrado a un rosario en el banquillo. Y a Messi. Y a sus puntas. Más o menos, el efecto es el mismo.