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Liga BBVA | Racing 1 - Sevilla 5

Quien sepa y crea, que rece

El Racing cae con estrépito. El Sevilla barre. La defensa hizo aguas. Aún así, a un punto del pozo

Actualizado a
<b>CLAVE. </b>Bolado falló esta ocasión ante Palop en el minuto 25 que pudo meter al Racing en el partido y terminó por desesperarle.
CLAVE. Bolado falló esta ocasión ante Palop en el minuto 25 que pudo meter al Racing en el partido y terminó por desesperarle.SERRANO ARCE Y NACHO CUBERO

Nunca una final fue tan desigualada ni dejó cuantitativamente casi los mismos héroes que sentenciados. Pero es de esperar cuando la lógica se impone. Con el tiempo todo llega. Para bien y para mal. El Sevilla aseguró en Santander su presencia de nuevo en Europa y compró más papeletas para colarse una vez más en la Champions porque tiene un plan, un estilo y unos jugadores que saben ejecutarlo. Desde el experto Palop al insaciable Negredo. De ahí que vaya a jugar una final y sea de los pocos elegidos que le han hecho sombra al Barça y pueden hacérsela aún. Mientras, el Racing agoniza en una muerte dulce porque carece de ideario, ataca mal y defiende peor y acumula músculo sin calidad, cansancio, bajas y dudas.

Prueba de esto último que digo es que el conjunto cántabro encajó anoche su decimoctavo gol antes del minuto 25, cuando él nunca fue capaz de mojar en ese intervalo. Algo pasa. Un dato que refleja, cuanto menos, la falta de concentración con la que el equipo salta al campo. Desconozco si la charla previa es edificante, pero doy por seguro que nadie escucha. Esta vez fue Negredo el beneficiario gracias al mal despeje de Coltorti a un tirito de Navas y a la lentitud de Morris a la hora de recordar que sigue siendo defensa aunque no ejercía desde el 20 de diciembre por castigo. Sólo se llevaba disputado minuto y medio pero las depresiones son así: un soplido en contra y florecen. Desde entonces, el equipo de Portugal no hizo más que simular un circo y acentuar con un planteamiento suicida la clase del Sevilla.

Una lección. Zokora y Renato leyeron de maravilla que a la espalda de Moratón y Torrejón había una autopista, así que su única y clave función era habilitar carriles a un toque. Capel y Navas destrozaron con su velocidad a sus marcadores a la vez que Negredo y Kanouté esperaban centros amigos y errores ajenos para inflar su cuenta. Como en el colegio. El trivote de Portugal hacía aguas. No servía para arropar a los centrales ni para disputar la posesión. Sólo valió para arrinconar a Canales a un costado y para ver cómo Bolado, en su alternativa, hacía lo mismo que lleva repitiendo Tchité: fallar.

Por ello, la goleada era cuestión de esperar. La inició Kanouté tras un penalti de libro y una definición inexplicable: mal lanzamiento; nefasta estirada. El descanso frenó a los búfalos. Aunque sólo por un tiempo. Los cambios de Portugal no los entendió ni él y el desbarajuste local tuvo su continuidad nada más reiniciarse el juego. Treinta y tres segundos tardó Navas en burlar de nuevo a su adversario. Capel centró escorado y el mejor extremo nacional remató de cabeza a la red. Era la sentencia. En la grada se mascaba la tragedia y el drama sólo era maquillado por las torpezas de los rivales directos en otros campos.

Mientras el racinguismo se atropellaba buscando culpables, el Sevilla seguía impartiendo su lección. Capel continuó la fiesta con la enésima irrupción entre los centrales y Negredo, tras la honra de Tchité, cerraba la goleada con una bella volea dedicada a Del Bosque. Así, el Sevilla recibirá pletórico al Barça mientras el Racing viajará a Valladolid mirando al cielo por no echarse un vistazo, autoanalizarse y llorar.