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Liga BBVA | Espanyol

Nakamura podría tener las horas contadas este curso

Su agente ya está en Barcelona para sentarse con el club.

I. Molero
Actualizado a
Shunsuke Nakamura.

Lo que comenzó siendo algo más que un fichaje exótico, la oportunidad de abrir una vía de negocio estratosférica en el Imperio del Sol Naciente, podría eclipsarse con una salida probablemente temporal en la sombra y sin demasiado brillo de Shunsuke Nakamura. Pese a tener contrato en vigor con el Espanyol hasta el 30 de junio de 2011, podría abandonar la entidad para volver a Japón, donde el campeonato arranca en marzo y sí le garantizarían minutos necesarios para poder acudir al próximo Mundial de Sudáfrica.

El rumor de su salida a mitad de temporada apareció casi con el cierre del mercado de invierno, creció durante la semana pasada y ahora se ha convertido en una fi rme intención. Su representante, Roberto Tsukuda, aterrizó el domingo en Barcelona para citarse con los rectores pericos (primero con el director general, Joan Collet, y después con la dirección deportiva) para hablar del futuro del futbolista. Anoche se pudo producir el primer contacto, con la mercadotecnia como asunto prioritario. En lo deportivo, Tsukuda podría pedir una cesión hasta junio para después regresar y tener una segunda oportunidad aquí.

Nakamura lleva sin jugar casi un mes, desde el 17 de enero, por una sobrecarga, aunque antes ya empezó a desaparecer del terreno de juego por decisión técnica. Sólo ha disputado un 29 por ciento de los minutos de esta Liga, y tampoco se ha mostrado muy prolijo en declaraciones: no habla con la prensa española desde un acto publicitario que realizó el 29 de octubre. Este sábado se cumplirán siete meses desde su multitudinaria presentación. Habrá que ver si para entonces aún es perico.

Ni en el Camp Nou ni el Bernabéu

Shunsuke Nakamura no se ha perdido ningún partido por decisión técnica y sí cuatro por dos dolencias diferentes y hasta cinco en los que acabó no disputando un solo minuto pese a haber sido convocado. Al crack nipón le dolió especialmente no haber podido jugar en el Camp Nou (sí lo hizo en Champions cuando era jugador del Celtic), como tampoco pudo hacerlo en el Bernabéu por lesión: su objetivo al fichar por el Espanyol (cuando rechazó la oferta de su Yokohama Marinos, como pretendía su familia) era precisamente disfrutar en los grandes estadios de la Liga.