No está siendo un final de año fácil para Andrés Fleurquin. El capitán cadista, que ha sido un hombre importante en los éxitos amarillos, ha jugado muy poco esta temporada por una traicionera lesión de isquiotibiales. Fleurquin ha decidido no marcharse este año a su país de vacaciones para continuar con su recuperación.

Las buenas noticias parecen que van llegando tras visitar al Doctor Cugat en Barcelona. "Estoy mucho mejor. Está siendo una recuperación lenta, pero en los últimos 15 días he evolucionado bastante y ya estoy deseando unirme al grupo de trabajo. Vi muy contento al doctor por como evoluciona la lesión", asegura. Los plazos se van acortando pero el uruguayo prefiere ir paso a paso: "Por querer estar antes me ha salido la cosa mal, pero en unos 15 días o tres semanas como máximo espero estar con el grupo y dar guerra. Hay que saber convivir con todos los momentos. Este, indudablemente, es muy malo para mi pero por suerte ya estoy viendo la luz al final del túnel".

El jugador explica que su lesión se ha complicado porque "se ha formado una tendinosis importante a raíz de jugar mucho tiempo con antiinflamatorios para encubrir la lesión y eso hace que la recuperación sea más lenta. Ya estoy recuperado de uno de los tendones y del otro estoy casi listo. Un doctor en Uruguay me dijo una vez que el físico no se hizo para la alta competición y eso es lo que me está pasando". El capitán cadista se somete diariamente a un trabajo muy intenso: "Hago mucha fisioterapia con aparatos y masajes y muchos estiramientos. Trabajo el tren superior también. La base es fisioterapia y gimnasio".

De lo que no tiene duda el uruguayo es de que volverá y avisa: "Jamás, a un uruguayo jamás se le da por muerto". Aunque reconoce que "me quedan pocos años de fútbol, quizás uno o dos, pero ahora sólo miro al presente".

Desde hace muchas semanas se comenta que al equipo le falta agresividad y en ese momento surge el nombre de Fleurquin: "Cuando los resultados no se dan se echa de menos a los que no están".