El año natural 2009 no lo olvidarán fácilmente los mallorquinistas, que lo único que lamentan es no haber logrado el domingo en Málaga la que hubiera sido la guinda, es decir, una victoria que hubiera certificado el mejor año en la historia del club, un dato que ha dejado el presente como segundo mejor año.
Entonces, 1999 supuso un ejercicio que rompió todos los moldes. El Mallorca cumplía la segunda temporada del actual ciclo tras haber logrado el ascenso en 1997 y de la mano de Héctor Cúper acababa la temporada como tercer clasificado en la Liga y jugando la final de la última edición de la Recopa.Ahora, diez años después, el equipo entrenado por Gregorio Manzano, vuelve a romper registros estadísticos en un año convulso marcado por los problemas institucionales que daban la sensación de arrastrar al caos al equipo que ha sabido sobreponerse a la situación de los despachos dando un ejemplo tras otro sobre el terreno de juego.
Paradójicamente el año empezó con tres derrotas consecutivas, 3-1 en el Camp Nou ante el Barcelona, 0-3 ante el Madrid en Son Moix, y 2-0 en Villarreal, en el reestreno de Mateo Alemany al frente de la entidad tras la marcha de Vicente Grande. Y fue a partir de ahí cuando el equipo retomó el mejor rumbo, haciendo una segunda vuelta de Champions que le llevó del descenso a una cómoda novena posición habiendo sumado 37 puntos desde la derrota de Villarreal hasta la última jornada, saldada curiosamente con otra derrota ante los amarillos en un partido ya intrascendente.
Alemany-Manzano, un gran dúo
Una vez más el binomio Mateo Alemany-Gregorio Manzano (campeones de Copa en 2003) volvió a funcionar a la perfección, y de nuevo su reencuentro, tras el fracaso de la propiedad de los Martí Mingarro hace escasamente un mes y medio, ha ejercido la mejor influencia posible en un equipo que cada verano cambia media plantilla pero que siempre sale a flote por difícil que parezca.
