El día que llegaba su ex equipo, el Valladolid, se destapó. Estará satisfecho...

Sí, estoy muy contento de cómo me están yendo las cosas. Tanto por cómo estoy en el club como por lo que sucedió en la última jornada de Liga.

¿Lo suyo fue una venganza servida en plato frío?

Si lo dice por el Valladolid, ni mucho menos. Se dio la coincidencia de que pude jugar ese encuentro pero, a pesar de que allí el año no fue bueno, no guardo rencor ni nada parecido. Esas son cosas del fútbol y ahora estoy en Villarreal y defiendo a mi equipo.

¿Ha sido el partido de su confirmación?

Sí, lo tomé muy en serio porque era una gran oportunidad que se me presentaba y no podía desaprovechar. Traté de hacer bien las cosas y no pasar desapercibido.

Y lo ha logrado, ya que en las primeras jornadas parecía que contaría muy poco...

Sabía que iba a ser complicado. El Villarreal cuenta con un plantel muy bueno y jugar aquí no es nada fácil. Pero nunca bajé los brazos, seguí entrenándome y buscando mi oportunidad, con la idea clara de aprovecharla cuando llegara.

Pero es difícil jugársela a un partido, ¿no?

Es complicado pero me había mentalizado de que podía ser así desde que vine. Pero acepté ese reto.

Se le ve muy metido. ¿Le va bien el juego y la manera de hacer las cosas del equipo?

Sí, es un poco de todo, me siento bien en el equipo y en la ciudad. El plantel me ha puesto siempre las cosas muy fáciles y me han apoyado mucho. Además, al haber muchos sudamericanos me han hecho la adaptación más sencilla.

Usted tiene fama de reservado fuera del campo y dentro es todo lo contrario....

Es verdad que soy introvertido y reservado en mi vida personal, me gusta ser tranquilo. Pero en el campo no se puede ser así y siempre trato de ser atrevido e ir hacia adelante.

Sin duda, eso es lo que le trajo a España...

Sí y por eso trabajo, por recuperar ese nivel y demostrarlo. La clave es la confianza e ir paso a paso y crecer cada día. No es fácil, pero en eso estoy.

O sea que va a por todas ¿Cuál es su gran objetivo?

Mi ilusión es sumar minutos y hacerlo lo mejor posible cada vez que juegue. Que el técnico confíe en mí y me tenga en cuenta, que sepa que puedo aportar en cualquier momento.

¿Que le dice la familia ahora que le ve jugar?

El año pasado fue complicado y duro. Nadie entendía que no jugara y que aportara tan poco. Me sirvió para darme cuenta de que estoy en Europa. Ahora, mi familia, mi novia y mis amigos están contentos y eso me hace estarlo a mí y tener más ganas.

Sólo le falta el gol...

Ojalá llegara pero no me obsesiona, ahora mismo lo prioritario es hacer bien las cosas.

Su rol de jugador específico de banda, ¿le da muchas opciones y posibilidades?

Lo que sé es que ése es mi juego, el que siempre me ha dado resultado y con el me siento más cómodo. Me entreno mucho para poder aplicarlo en el campo cuando juegue.