Está siendo una de las grandes sorpresas, agradables, en este inicio de Liga. Juanlu llegó a Orriols el pasado verano sin hacer ruido, cuando su nombre no se contemplaba en ningún lado para reforzar el conjunto granota. Los técnicos apostaron por un jugador que llevaba un año parado en el Betis y que nada más llegar fue claro y contundente: "Cuando llegué en verano dije que mi ilusión era el ascenso y lo mantengo. No sé si se puede decir con la boca grande o pequeña, pero este equipo así me hace creérmelo jornada a jornada".

Las cosas le están saliendo bien, en un año importante para él ya que necesitaba volver a sentirse futbolista después de una temporada comiendo pipas en la grada del Ruiz de Lopera, por eso se muestra "muy contento y satisfecho de estar contando para el entrenador". ¿Hasta cuándo le aguantará el fuelle? "Espero que como poco hasta Navidad...", comentó entre risas el malagueño, que prefiere no acordarse de los malos momentos vividos en el Betis aunque tiene presente que "lo considero una desgracia porque allí no tuve ni tan siquiera la oportunidad de demostrar nada, no me dejaron y ésa es la espina que llevo clavada".

Ahora, Juanlu no piensa en otra cosa que no sea en jugar y en el equipo, aunque lo cierto es que el próximo 30 de junio termina su contrato. "Nadie me ha dicho nada aún, pero espero que ellos den el primer paso y me llamen porque mi intención es darle prioridad al Levante. Estoy encantado aquí por la gente y por el proyecto. Ahora se centran en unos jugadores, pero no me sabe mal. Esperaré mi momento". Su contrato se renueva automáticamente si el equipo sube a Primera, algo que no parece tan imposible. "Por ahora no hemos tenido rival. Hay que ganar al Córdoba para medir nuestro nivel contra el Hércules".