Pablo Alfaro: "Veo al Sevilla en camino de ganar algo este año"

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Pablo Alfaro: "Veo al Sevilla en camino de ganar algo este año"

Alfaro es un hombre renacentista. Ex futbolista, médico y comentarista de televisión. Ha ingresado en la Escuela de Actividad Física y Deporte en Cádiz. Tiene una empresa dedicada a la preparacion de eventos deportivos. Ahora ha puesto su foco: quiere entrenar.

Usted además de ex futbolista tiene la carrera de medicina, el título de entrenador, el de director deportivo y mil cosas más. Es un hombre renacentista pero se ha decidido por los banquillos. ¿Por qué?

-Porque quieres seguir ligado al fútbol y tienes que saber dónde puedes ser más útil. También podía haber acabado en los despachos. Pero a mí me hacía ilusión entrenar.

-¿Lo tenía claro desde su época de futbolista?

-Cuando juegas tienes la visión del futbolista, luego vas incorporando otros puntos de vista. Me ha servido mucho los del despacho y también el del periodismo (Pablo es comentarista de Canal Sur en los partidos de la Champions). Me gusta tener una visión amplia, de deporte espectáculo. Y luego tienes que meterte en el vestuario y gestionar un grupo. Es algo novedoso para mí y me motiva.

-¿Se acuerda de todos los entrenadores que ha tenido?

-Estuve 18 años en la élite, imagínese. En Zaragoza estuve con Antic, Ildo Maneiro y Víctor Fernández. Luego me tocó Cruyff en Barcelona. Antic en el Atlético. Estuve con D'Alessandro, Paco Herrera, Juan Señor, Joaquín Caparrós, Juande Ramos, Manolo Preciado y con Portugal en el Racing. Mil entrenadores y mil historias. Veo lo de Cáceres y me sobrecojo. Cuando yo salí del Zaragoza para ir al Barcelona, Zalba lo fichó para el Zaragoza de Víctor.

-¿Cómo es el final como jugador?

-Me dio tiempo a asumirlo. Estuve casi un año en el que entraba menos en las convocatorias. Crees entonces que el final ha podido llegar.

-¿Alguno de los entrenadores que tuvo no le enseñó nada? Es por no preguntar quién le enseñó más.

-De todo aprendes. Y hasta de los entrenadores que tienen cosas malas aprendes porque piensas que eso te gustaría cambiarlo el día que fueses entrenador.

-Entre todos, el nombre de Cruyff.

-Un adelantado. Para él un partido eran duelos. Recuerdo mi primer partido con el Barcelona. Iban nueve jornadas de Liga y no había jugado nada. Y antes del partido ante el Madrid en el Bernabéu estaba dando la charla. Le gustaba usar fichas magnéticas y empieza a recitar el once y menciona Pablo. Nadal que estaba a mi lado me toca y me dice oye, que juegas. Para marcar a Butragueño.

-¿Pondría un Pablo Alfaro en su equipo?

-Pondría varios ( risas).

-¿Por qué?

-Por compromiso, por amor a la profesión. Uno no aguanta tantos años en la élite si no da el 200 por ciento de lo que tiene. Desterraría de mí todos los errores y las meteduras de pata que he tenido, pero yo he amado lo que hacía.

-¿Cree que podría aportarle algo nuevo a la profesión?

-Para un entrenador moderno es básico el conocimiento médico. Hay técnicos más tradicionales que escuchan diagnósticos y sólo preguntan que cuánto tiempo tardarán en tener al jugador. Creo mucho en los preparadores físicos, en la figura del recuperador. Y luego está la figura del coaching deportivo en el que creo de verdad. Guardiola, por poner un ejemplo, lo utiliza. También Rafa Nadal. El coaching es una figura clave porque permite que el deportista amplíe su recorrido deportivo de manera brutal.

"Me gusta identificarme con entrenadores como Guardiola, Marcelino o Pochettino"

-¿Está preparado para que haya jugadores que, como usted ese día con Cruyff, no le escuchen?

-Hay que ser muy mezquino para pensar mal de los jugadores o para creer que todo el mundo tiene que escucharte. Hay que centrarse en uno mismo. Pensar en las habilidades del comunicador.

-Ya ha estado a punto de entrenar.

-Sí, este verano al Pontevedra y meses antes al Écija. En Écija de momento no procedía y la verdad que en Pontevedra el feeling y la impresión fue estupenda. De hecho, tuve la sensación de que el proyecto es para algo más que para Segunda B. Es novedoso. El presidente tenía las ideas claras y había gente joven. Creo que cuadra bien con el perfil mío. Me gusta identificarme con entrenadores como Guardiola, Marcelino o Pochettino, que fue compañero de pupitre mío en la escuela de entrenadores.

-Y compañero de Guardiola. Mire dónde está.

-Es curioso porque yo conocí a Guardiola siendo un símbolo. Porque yo llegué al Barça en la temporada 1992-93. Pero por entonces Guardiola ya había levantado la Copa de Europa en la Plaza de Sant Jaume. Era el hijo catalán que todos los padres quieren tener.

-¿Ya veía en él un entrenador o era un divo?

-Guardiola era un tío maduro con 18 años. Sabía decir que no. Tenía claro el camino a seguir. Hay futbolistas que son especialistas. Yo era especialista en ser central. Él era el conductor del equipo entonces y ahora también es conductor. Guardiola no salió de su casa y sabe cuál es la clave del Barcelona. Es el corazón del vestuario. Valdés, Xavi, Iniesta, Piqué. La clave de un equipo es un corazón sano.

-Corazón sano. Se nota que es doctor.

-Es que es así, creo que esa es la base por la que el Racing nunca baja. Siempre tiene un Munitis, un Colsa, un Luis Fernández. Gente de la casa.

-Tengo que preguntarle por el caso Navas. ¿Cómo cree que tiene que actuar Del Bosque?

-A Navas futbolísticamente me lo llevaría con los ojos cerrados, es un chico atípico y Del Bosque debe saber cuál es su verdadero deseo. Es más fácil llevar a Jesús en el día a día que una vez al mes. Necesita un trato especial. Su problema es que no tiene dobleces.

-Desmintió a Del Nido tres días después de que anunciase que iría a la Selección.

-Es que Jesús no tiene dobleces, es natural y vive como lo ha hecho siempre, cerca de los suyos y un poco alejado del mundanal ruido.

-¿Le puede perjudicar para su carrera de entrenador que todavía se le identifique con el Sevilla o lo acepta?

-No es que lo acepte, es que me agrada. El Sevilla me ha dado mucho y nunca diré que no cuando me pregunten si soy o sigo siendo sevillista. Yo llevo al Sevilla en mi corazón. Mi corazón es sevillista para siempre, la profesión es diferente.

-Hay una bruma sobre su salida del Sevilla. ¿Le dolió?

-Fue una salida sorpresiva porque no la esperaba, me dijeron tres meses antes que contaban conmigo. Pero mi relación con la cúpula del club sigue siendo buena. No soy ni el primer ni el último jugador del Sevilla que separa su camino del club.

-¿Es un símbolo del club?

-Sería prepotente decir eso. Me siento un futbolista muy querido. Queda ese aprecio.

-¿Hay rencor por lo mal que se le trató en ocasiones?

-Ninguno. Tenía la sensación de que cuanto más rechazo generaba en otros equipos más querido era por mi club. Y al final te quedaba la sensación cuando hablabas con la gente de que pensaban que ojalá estuviese en su equipo.

-¿Va a ganar algo el Sevilla este año?

-Lo veo en el camino. El Sevilla lo tiene todo: una idea de club que permanece con el paso de los años. Sin presión, le veo con posibilidades.

-¿Ha quedado tocada su relación con el club por la salida?

-Mi relación es tan buena que voy a jugar la Liga de fútbol indoor con el Sevilla.