El efecto Bordalás no tiene límites. Al menos, de momento. Eso es lo que dicen sus números, tras cinco jornadas en las que su equipo ha sumado 11 puntos de 15 disputados y ya empieza a asomar la cabeza en la zona alta de la tabla. Su última víctima, el Real Unión de Irún. Y el guión, el de casi siempre en el Martínez Valero. El equipo vasco dio primero pero vio como el Elche supo remontar el tempranero gol visitante para sumar una victoria más que le permite empezar a preparar su candidatura a un objetivo mucho más ambicioso que el de la permanencia. Algo impensable hace escasamente un par de meses.
El partido comenzó con el Real Unión muy metido en el duelo. Los de Iñaki Alonso presionaron muy arriba al Elche para dificultar su salida de balón, obligando a sus centrales a jugar en largo buscando la inspiración de los Santos, Trejo, Juli y compañía. Su apuesta obtuvo premio sin que los aficionados más tardones se acomodaran en sus butacas. En su primer acercamiento, a los cinco minutos, Juan Domínguez le puso un balón a la cabeza de Markel Robles que aprovechó sus 194 centímetros y el error en la defensa en zona local para batir a placer a Caballero.
Pese al gol, el Elche no se derrumbó. Más bien, todo lo contrario. Trejo y Jorge Molina se repartieron cinco oportunidades claras ante Jauregi aunque no tuvieron la recompensa del gol. A la sexta, premio. El argentino dibujó un paso entre líneas al nueve franjiverde que, esta vez sí, batió al guardameta rival. Con el empate, el Elche bajó un punto su nivel de éxtasis y los dos equipos vieron con buenos ojos las tablas antes del descanso, si bien los locales merecieron más. Antes de coger fuerzas, Santos se retiró lesionado tras sufrir una dura entrada de Goikoetxea.
Tras el paso por los vestuarios, el Elche pronto encontró el camino del gol que tanto se le negó en el primer tiempo. En su primera oportunidad, Jorge Molina batió a Jauregi aprovechando la conexión alcoyana con Juli. Con el 2-1, los ilicitanos esperaron atrás a su rival con el objetivo de sentenciar a la contra. Gorka Brit puso el miedo en el cuerpo en una doble ocasión en la que Caballero demostró que es uno de los mejores porteros de la categoría.
Aunque hubo momentos de asedio, más provocado por presencia que por la esencia del peligro visitante, el portero argentino apenas tuvo trabajo. En la recta final, la lesión de Wakaso, que le obligó a terminar cojeando el partido pero sufriendo hasta el minuto 96 para no dejar a los suyos con uno menos, y la incertidumbre del marcador le dieron emoción al encuentro. Al final, nuevo paso adelante del Elche en sus aspiraciones de luchar por algo grande esta campaña.
