"Marcelino exige mucho y eso te ayuda a crecer"

Leo Ponzio

"Marcelino exige mucho y eso te ayuda a crecer"

"Marcelino exige mucho y eso te ayuda a crecer"

ALFONSO REYES

Entre el drama del Uruguay-Argentina y el partido contra el Racing, apetecía charlar con Ponzio,corazón albiceleste y zaragocista. En AS habla de su selección y del Mundial, de su crecimiento como futbolista desde su anterior etapa, de la ilusión por la Copa, de Goni, Laguardia y Ander...

¿Cómo vivió el Uruguay-Argentina? ¿Quedó con Ayala, Carrizo y Diogo? ¡Vaya drama!

No, era tarde. Lo vi en casa. Fue emocionante, un partido en el que nadie regaló nada. No hubo mucho fútbol, pero cuando Uruguay se acercaba al área sufrí mucho. Hubo suerte para ambos: nosotros logramos el objetivo y ellos van a la repesca. Me alegro, todos los argentinos tenemos conocidos uruguayos, familia, vamos de veraneo...

¿Tiene fe en ir al Mundial?

Sí, siempre hay. Quizá en otra época, por ejemplo con Bielsa, que tenía un grupo fijo de más de 20 jugadores, era muy difícil. Pero ahora hay muchos cambios, se buscan soluciones y tengo esperanzas, aunque tampoco quiero ilusionarme demasiado. Lo que debo hacer es mantener el nivel de juego que tengo ahora, mantenerse es lo más difícil.

¿Cómo se explica la situación de Argentina?

Un equipo así no está acostumbrado a esa presión por quedarse fuera del Mundial, eso genera cambios de entrenador, de jugadores... Por eso cuesta tanto. Verón decía que tienen que reflexionar todos, desde Grondona hasta el último jugador. Es así.

Tras ese partido, ¿un Zaragoza-Racing suena a poco?

Miramos aquello y debemos salir al campo ante el Racing con ganas de imitar a argentinos y uruguayos. Nos jugamos mucho en casa y no podemos dejar escapar puntos para meternos en el lote de arriba. Además luego toca el Barça...

¿A qué aspira el Zaragoza?

La mentalidad del club y del equipo ahora es muy grande, aunque somos conscientes de que venimos de Segunda. El objetivo es lograr los puntos mínimos cuanto antes y luego mirar más arriba.

¡Y a la Copa!

Sí. Yo hablo con los compañeros, ellos conocen la tradición de títulos que hay aquí. Yo lo he vivido, se lo transmito y ellos están ilusionados.

Ponzio era un complemento en su primera etapa en Zaragoza, ahora es un líder.

Son dos etapas diferentes. Con 21 años llegué como una apuesta de futuro, era un jugador diferente. Ahora tengo una experiencia que me ayuda en mi juego y para tomar más responsabilidades.

Entonces Zapater y Cani eran los referentes de la cantera. Ahora son Laguardia y Ander. ¿Cómo los ve?

Y Goni. Me asombró cuando llegué en enero, con esa calma y ese físico. Le recuerdo un partido soberbio contra la Real. Laguardia es como Zapater, con ese amor tremendo por el escudo y la fuerza que transmite. Y a Ander no lo voy a descubrir yo, es todo clase, se parece bastante a Cani.

Marcelino exige tanto que él mismo dice que es un entrenador de ciclos cortos...

Sí, yo noto su exigencia y la responsabilidad que me da. Si sabes tomar bien esa exigencia, te ayuda a crecer y es muy positiva para el jugador. Tenemos una base de jugadores de 26, 27, 28 años para los que esa exigencia es importante en este momento de su carrera.

Amén de su carácter, ha evolucionado especialmente en el pase largo, ¿verdad?

Todo es saber los momentos, todo se aprende. Uno ve que mejora y gana confianza. Antes fallaba y me pitaban...

¡Aún recuerda aquellas broncas, eh!

(Risas) Sí. Aquello me hizo bien. Yo sabía escuchar. Si las críticas son al jugador, no a lo humano, van bien.

Nos contaba Carrizo en AS la semana pasada que ahí está la gran diferencia con la prensa argentina...

Él en River vivió buenos momentos, pero es cierto. Allí se van a los extremos. Si el club va bien, piden notas y todo es perfecto. Pero si va mal, se busca lo peor. Argentina vive para el fútbol: en la televisión de cable hay más de 40 canales y más de 20 son de fútbol.

¿Entonces no le sorprendió la bronca de Maradona?

No sorprende, él transmitió que le quisieron hacer la cama y explotó. Es fundamental ahora renovarlo todo y borrar los viejos conflictos. Un grande como Argentina debe ir al Mundial unido para ganarlo.