Cristiano Ronaldo finalmente no viajó a Sevilla. El portugués quería forzar, pero la prueba que realizó ayer no resultó lo satisfactoria que se esperaba. La gran incógnita comenzó a despejarse en Valdebebas alrededor de las 10:45h., cuando Cristiano inició la prueba que decidiría su presencia o no en el Pizjuán. El examen consistió en un circuito de intensidad progresiva.

En la primera parte del test el jugador sólo tuvo que caminar. Hasta ahí, ningún problema. Acto seguido empezó a correr. Primeras molestias, pero leves. Las alarmas sonaron cuando llegó la hora de tocar la pelota. Cristiano sintió mucho dolor al golpear el balón, aunque fuera suavemente. El remate a sus ilusiones lo pondría la prueba de saltos. En el instante de cargar el peso, el tobillo se resintió considerablemente. Tras charlar con los médicos se decidió que si el partido fuera determinante, podría estar. Pero en este caso lo mejor sería no forzar. Pellegrini dio su aprobación a que el jugador no viajara.

Cristiano quiere llegar ahora al partido que el sábado tiene Portugal con Hungría.