Dos goles para él. Incluso el del Girona también fue para Jarque. El partido del homenaje al capitán caído se jugó sobre un césped indecente, impropio y peligroso. El Espanyol ha vuelto al campo felizmente, con las fi suras en el corazón pero con las piernas a punto.

La delantera del Espanyol fabricó el primer gol de Jarque, marcado por Iván Alonso tras una pase vertical de Luis García, que antes había combinado con Raúl Tamudo. Este trío se intercambia tan bien en el frente de ataque que cualquier desmarque bien hecho se convierte en letal. En ese minuto 24, el uruguayo señaló al cielo con el 2 y el 1, el 21 del capitán.

La lata abierta por los pericos en el barro de Montilivi se cobró una víctima: Rafa Ponzo. El portero salió a por Tamudo demasiado lejos de sus dominios y acabó cometiendo una falta letal. Luis García, en forma este verano, la clavó por la escuadra, lejos de Ponzo. Otro homenaje. Habrá tantos... El Espanyol fue el amo de la primera parte (Tamudo falló para el tercero) ante un Girona gris, demasiado lejos de lo que debe pretender Cristóbal, al que Peragón deberá darle más calidad entre líneas, como se la da Xumetra en la banda con sus internadas. Tiene mucho trabajo por delante.

El Girona mejoró tras el descanso con la inclusión de Manga que al bullicio habitual añadió un tiro de falta sutil, imposible para Cristian. El Espanyol ya era por aquel entonces un equipo muy diferente, con más chicos de la cantera y con la impresionante presencia de Fernando Marqués, aquel joven de la melena que desde Vallecas impresionó en el Calderón. Está a prueba y la de ayer la superó con creces. En las manos de Pochettino está su futuro. Y en sus botas.