Cristianos y Graneros

Peace Cup | Real Madrid 4 - LDUQ 2

Cristianos y Graneros

Cristianos y Graneros

El luso lo cambió todo con dos pedaladas de arte. El Madrid presumió de cantera con los goles de Granero y Negredo. Robben y Benzema, lesionados

Se está haciendo larga la espera por Kaká. Porque es un futbolista nuclear que abrillanta al resto y porque cuando las cosas no funcionan, el mejor siempre es el que no está. Pero mientras llega, Cristiano levanta la feria. Ayer marcó al Madrid el rumbo de las semifinales de la Peace Cup con su primer muletazo de postal. Un doble pedaleo evaporó a dos zagueros ecuatorianos. El tercero lo mandó al suelo en el área. El portugués retomó la obra de arte transformando el penalti. Así son los jugadores que ganan partidos sin más auxilio que su talento. Así son los jugadores que cuestan casi 100 millones, el precio que hay que pagar por tener lo que no tiene nadie ni admite réplica en el mercado.

Todo el alboroto se produjo en la segunda mitad, cuando el Madrid agitó el partido con la pasión que le faltó en los dos compromisos anteriores. Cuando Cristiano sacó su efecto volcánico. Cuando entró Granero, que ondea en la grada como la alegre bandera de los canteranos.

Porque antes del claqué de Cristiano, el Madrid se había parecido demasiado al que suspendió en junio. Lo cogió a la primera el público. A los ocho minutos ya estaba pitando un envío de Guti (siempre Guti) al limbo. Así suena aquí lo que Manuel Pellegrini llama "máxima exigencia".

Por probar o por levantar la moral de la tropa, el chileno preparó una coreografía más atrevida, al cambiar el quite de Lass por el toque de Guti y meter un jugador de filo como Robben, al que siempre se espera, por supersónico e imprevisible y porque ensancha al equipo dos tallas.

Las lesiones.

El holandés está muy dotado para el juego, pero lo lee incorrectamente. Apunta bien y dispara mal. Y no le ayuda jugar a banda cambiada, donde se acentúa su egoísmo. En ese lado se busca la izquierda y sólo le sale el disparo, no siempre bien elegido. Con todo, el Madrid vivió la primera mitad de sus arranques, pero antes del descanso volvió a quebrarse su anatomía de cristal. Después se retiraría también Benzema, con un planchazo en el tobillo. Dos malas noticias en un suspiro.

De salida, Guti pareció noqueado al equivocar sus tres primeros envíos, Gago apenas le ayudó e Higuaín parece ahora la mitad del que se despidió en mayo. El Liga de Quito, mejor rematado que el Al Ittihad y con un punta, Lara, de efecto diabólico, vació el cargador en un minuto, con tres remates a quemarropa. Dos los adivinó Dudek y el tercero no encontró portería. Todo ante las barbas de Pepe, coreado en su regreso.

A vuelta de vestuarios iluminó Cristiano el plató y comenzó el tiroteo, que tampoco suena a nuevo en el Bernabéu. Porque el Madrid tomó ventaja sin ejecutar un plan. Pegó y recibió. Y fue cogiendo alegría y vuelo con los cambios. Granero ha sido el último en desembarcar y ya está el primero en la lista de posibles. Hizo el segundo gol, que también tuvo su inicio en un latigazo de Cristiano, y se ofreció como armador. Y Negredo acabó con el suspense y dio sentido al plan de Florentino. Galácticos y canteranos. Cristianos y Graneros. Veremos si el impulso da para limpiar impurezas y saltar el muro de la Juve.