Una semana después que el grueso de la plantilla, pero con el visto bueno de Pep Guardiola, ayer regresaron al trabajo los internacionales del Barça, los seis futbolistas que en junio cambiaron sus vacaciones por disputar la Copa Confederaciones. Xavi, Puyol, Iniesta, Gerard Piqué, Busquets y Alves tuvieron que madrugar para someterse, primero, a análisis médicos en la ciudad deportiva y, acto seguido, a unas pruebas físicas en el Camp Nou.

El único de los recién llegados que presentó algún contratiempo fue Andrés Iniesta. Al margen de arrastrar aún la rotura en el recto anterior del muslo derecho, el manchego sufrió un virus intestinal durante sus vacaciones. "Está en proceso de recuperar la fuerza, pero ha venido un poco debilitado", reconoció Ricard Pruna, médico azulgrana. Iniesta comenzó a trabajar ayer por la tarde en solitario y progresivamente se irá reincorporando al grupo. En función de cómo se recupere tanto de la lesión como del virus, su debut en un partido esta pretemporada se podría demorar hasta el Chivas-Barça del domingo 9 e incluso hasta la ida de la Supercopa de España, siete días más tarde, contra el Athletic.

Curiosamente, también ayer era el día inicialmente señalado para que volviera Samuel Etoo, a quien el club había dado una semana más de descanso que el resto de los no internacionales mientras se resolvía su marcha. Gracias al económicamente desigual trueque con el Inter por Zlatan Ibrahimovic, rubricado ayer mismo por la tarde, Guardiola se pudo ahorrar un incómodo regreso del camerunés a la disciplina. De hecho, se habría repetido la escena de la pasada pretemporada, aunque entonces Etoo se acabó quedando en el Barça.