Peace Cup para olvidar

Peace Cup | Sevilla 0 - Seongnam 0

Peace Cup para olvidar

Peace Cup para olvidar

morenatti

El paso del Sevilla por la Peace Cup ha sido para pensárselo. En el Pizjuán, su guarida, se quedó a cero ante el Seongnam y se despidió de la competición sin dejar la mejor imagen. La Juventus será semifinalista si saca un punto ante los coreanos, que sueñan con dar la campanada.

Si la pretemporada es para mejorar, nada mejor que el mes de agosto que le espera al Sevilla, que ayer cerró una Copa de la Paz mediocre que arrancó sin leer el viejo método de la Juventus y terminó con un 0-0 ante el Seongnam. Está todo dicho. El Sevilla, de pruebas todavía, fue incapaz de hacerle un gol a los coreanos, que vistieron una equipación muy del Borussia Dortmund y hubo momentos que hasta se creyeron alemanes. Ordenados, trabajadores, motivados como equipo preferido del organizador del torneo, se exprimieron y se creyeron héroes para el día. Tiene poca explicación que el Sevilla no le hiciera un gol al Seongnam, que jugó con la defensa lejos de la portería y sin dar una mala patada. El plan de partido estaba destinado a una victoria cómoda del Sevilla, que se movía con espacios, volcado a la izquierda con Capel y con un intercambio ligero de posiciones. Nunca dio la sensación de ser un partido problemático para el Sevilla, que pensó que el gol sería cuestión de tiempo y posiblemente lo vio tan sencillo que creyó que caería por su peso. Posiblemente no reparó en el descrédito que a nivel de imagen tiene quedar fuera de una competición sin ninguna victoria y, lo que es peor, empatando a cero en casa con un equipo exótico de una Liga menor que vino a hacerse fotos y sacó un empate que le permite incluso soñar con llegar a semifinales.

Tampoco puede decirse que el Sevilla fuese un desastre pero sí que suspendió. Primero porque puso al Seongnam a su altura, le dejó acumular oportunidades (incluso un disparo al palo). Tal vez lo peor fuese que no supiese aprovechar la candidez de los coreanos, pacíficos, blandos. Y se quedó a cero. No pudo Luis Fabiano, que se estrelló con Sung Ryong. Al brasileño se le ve fino pero sin puntería. Básicamente, todo lo contrario a la Copa Confederaciones.

Acosta no dejó nada y Alfaro desapareció pronto. La única prueba de la que puede sentirse feliz Jiménez es la de Adriano por el lateral. Estuvo soberbio. Es evidente que el futbolista quiere la camiseta de titular este año para estar en la mente de Dunga, Si juega como ayer, lo va a tener fácil. Si juega de lateral derecho, aunque lo haga bien, no lo va a tener fácil... Pura contradicción.

Jiménez hasta se acordó de Chevantón para ver si le solventaba la papeleta, pero el uruguayo estrelló un balón en el palo, se encaró como en cada partido y le pidió un balón a Luis Fabiano que hubiera sido gol seguro pero que el brasileño quiso adornar con una vaselina que acabó en el larguero. Ahogado, impotente, el Sevilla se marchó por la puerta de atrás de la Copa de la Paz. No es un asunto preocupante, pero si hubiese cualquier tipo de señal alarmante, su trabajo es atajarla. Y seguir trabajando.