¿Qué sensaciones tiene después de sus primeras horas en Valladolid?

No tengo palabras, todo ha estado muy bien. Espero disfrutar muchos años aquí.

¿Cómo afronta su nueva aventura lejos de su tierra?

Es mi primera salida y espero que todo sea bueno. Vengo aquí con toda la ambición del mundo, y espero que con trabajo y sacrificio los resultados se vean pronto.

¿Qué le han comentado en su círculo más próximo?

Mi familia está contenta, siempre me ha apoyado. Diría que están incluso más contentos que yo. Mis amigos también se han alegrado mucho porque saben que jugar en Primera era mi máxima ilusión.

Su salida de Las Palmas ha venido rodeada de un ambiente raro desde que se supo que usted había tomado la decisión de jugar en otro equipo. ¿Lo ha pasado mal?

Me ha dolido la forma en la que he salido. No me lo esperaba tras haber jugado 10 años en un club, al que le debo mucho. Pero somos profesionales y uno siempre tiene que intentar crecer. El Valladolid me ha dado esta oportunidad y no la puedo desaprovechar.

Acaba usted de ser padre, ¿qué planes familiares tiene para estos primeros meses en Valladolid?

Mis planes pasan porque se vengan aquí cuanto antes. La niña tiene muy pocos días, pero parece que llevo toda la vida con ella. Tengo una ilusión tremenda y estoy seguro que con el apoyo de ellas aquí me hará más fuerte.

La niña de mayor dirá aquello de nací en Las Palmas, pero enseguida me fui a Valladolid. Si las cosas van bien tendremos una vallisoletana más...

Ojalá. Le tengo que agradecer al Valladolid la oportunidad que me ha dado, y, sin duda, que estaría orgulloso de que mi hija creciera aquí.

¿Qué concepto tenía usted del Valladolid antes de que supiera que el club estaba interesado en su fichaje?

Ha pasado alguna mala temporada, pero siempre he considerado al Valladolid como un equipo de Primera. Siempre he tenido muy buenas referencias del club. Me enfrenté a ellos el año del ascenso y me dio esa misma sensación. También pienso que es un buen escaparate para llegar a lo más alto, como se ha demostrado.

De todos los teléfonos que ha descolgado para pedir referencias del Valladolid, ¿cuál ha sido el más determinante?

Sin duda, el de mi familia. Es lo más importante que tiene uno en la vida.

Ha firmado usted por los próximos tres años lo que demuestra la confianza que ha puesto el club en usted.

Esto te da mucha tranquilidad. Vengo con toda la ambición posible y, sobre todo, con muchas ganas de aprender. Me encontraré con otra forma de jugar al fútbol, otra forma de entrenar, otros compañeros; es un gran reto para mí y no pienso desaprovecharlo.

Seguro que tendrá que afrontar usted más diferencias como el clima o el público, ¿está preparado?

El frío no me preocupa porque cuando empiezas a entrenarte o jugar no lo notas. Al final los aficionados son iguales en todos los sitios. Tienes que respetar sus opiniones, pero, si el equipo lo da todo, estará con nosotros. Creo que no tendré ningún problema para adaptarme cuanto antes.

¿Es usted supersticioso? ¿tiene muchas manías?

Tengo muchas manías y soy estricto con ellas. Siempre doy tres pasos con la izquierda y entro con la derecha en el campo. Estoy loco por meter el primer gol y dedicárselo a mi pequeña.