Toño y Marcano son intransferibles. Estratégicos. Esa es la decisión tomada hace meses por la cúpula racinguista. Así, por ejemplo, se rechazaron sin miramientos ofertas del Hoffenheim y del Rubin Kazan por el central zurdo. La aparición en escena del Real Madrid ha podido dar un vuelco a la situación.

Ayer, en las oficinas del estadio, se produjo una larga reunión, interrumpida para compartir un almuerzo, de Francisco Pernía y Roberto Bedoya con Iñaki Ibáñez, el agente que cuida de los asuntos de Iván. El motivo de la cita no ha sido otro que sondearse ambas partes sobre la posición que tiene cada uno ante la irrupción del gigante blanco.

Tanto el club como el representante son conscientes de que si el equipo merengue realmente (nunca mejor dicho) quiere a Marcano, será imposible decir que no. Por dinero en el caso racinguista y por eso, y por muchas cosas más, en el del jugador.

Acercamiento.

En el club cántabro no tienen sobre la mesa una oferta merengue sobre el defensa santanderino pero sí que les han llegado mensajes directos de que en el Bernabéu están meditando ya cómo y cuando llevarla a cabo.

Lo que ha quedado claro en la reunión de ayer entre Pernía e Ibáñez, absolutamente cordial, es que no hay que hacer ningún movimiento precipitado. El tiempo, creen ambos, juega a favor de Iván Marcano en el que creen ciegamente ambas partes. Si llega la gran ocasión, le traspasarán este verano; si no, seguirá un año más en el Racing.

Con Marcano se da un caso atípico, ha sido el propio jugador el que se ha negado a negociar una mejora de contrato e, incluso, a que el club no le cobre el alquiler de la casa en la que vive en Valdenoja. Él, asegura, quiere cumplir los contratos que firma.