Ni el Racing ni las primas mandan al Getafe al infierno

LIGA BBVA | RACING 1 - GETAFE 1

Ni el Racing ni las primas mandan al Getafe al infierno

Ni el Racing ni las primas mandan al Getafe al infierno

El conjunto azulón logró sobrevivir otro año más en la máxima categoría del fútbol español gracias un gol de Granero que puso el empate a uno ante un Racing menos agresivo de lo esperado.

El infierno de Santander recibía al Getafe con ganas. Con muchas ganas. Y eso que los cántabros ya tenían la salvación asegurada desde la semana pasada en Huelva. Pero las rencillas de la Copa en 2008 iban a ser suficientes para que los aficionados racinguistas se volcaran con su equipo y empujaran a los Míchel al infierno de la Segunda División. Esa era la escusa de la grada. La de los jugadores era otra, la de las benditas primas. Presumiblemente, Betis y Valladolid iban a incentivar con 800.000 euros a los jugadores de Muñiz. Y por si la motivación era insuficiente, hasta el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, se metió por medio esta semana enviando con una carta al máximo mandatario del Sporting donde deseaba la salvación de los asturianos, prometiendo una guerra de aúpa en El Sardinero.

Mientras, al Getafe, que no ha querido entrar en ninguna guerra, le bastaba con un empate para seguir en la máxima competición española y cuando se trata de sobrevivir, cualquier prima se queda pequeña. Aún así Míchel no quiso ser amarrategui y apostó por tres atacantes. Soldado, Manu y Uche fueron los encargados de intimidar a un Racing que no podía contar con su goleador Zigic. Y sin él, los santanderinos no conocen la victoria. Lo que presumiblemente iba a ser un alivio para la zaga azulona se convirtió en un problema durante los primeros minutos del partido donde los pequeños Munitis y Pereira, siempre de espaldas al arco de Ustari, lograron marcar a Belenguer con tarjeta amarilla desde el sexto minuto.

Al Getafe le costaba salir desde atrás con el balón controlado, la defensa no se quería complicar y sobaba demasiado el esférico. De hecho en los primeros veinte minutos, el Getafe únicamente llegó en dos ocasiones al área local y las dos veces fueron tras sendos pases largos que acabaron en las botas de Soldado. En la más peligrosa, el valenciano logró deshacerse de Toño pero la falta de hueco volatilizó la ocasión. Y el Racing poco a poco lograba la simbiosis con la afición e iba cogiendo fuerza en el césped de El Sardinaro. Ya sólo faltaba que Óscar Serrano se diera cuenta que hoy no jugaba Nikola Zigic y es que el extremo zurdo seguía colgando balones al área y en vez de intimidar con 2,02 metros, la apuesta apenas pasaba del 1,65 de Pereira.

Menos mal que Jonathan Pereira sí se dio cuenta del asunto y en el 34 optó por centrar el balón raso desde la derecha, Belenguer desvió levemente la trayectoria y Toni Moral batió a Ustari para lograr su primer tanto de la temporada. El golpe bajo no amilanó a los de Míchel y a los cuatro minutos del tanto local, una gran jugada azulona se acabó convirtiendo en el empate del Getafe. La fabricación nació en las botas de Soldado, que aguantó muy bien de espaldas dentro del área, y vio la llegada de Granero desde atrás y el Pirata finalizó la obra con un toque ajustado al palo izquierdo de Toño. Los azulones conseguían gran parte de la salvación porque además de su empate, el Osasuna hacía lo mismo ante el Real Madrid y el Sporting de Gijón perdía ante el Recreativo.

El descanso no enfrió el pique del partido. El que mantenían desde los primeros compases el capitán Belenguer y el delantero Pereira. El veterano azulón era la sombra del gallego y en una de esas, el racinguista propinó una patada a destiempo en los primeros minutos de la segunda parte que sirvió para calentar todavía más a una grada conectada con todo lo que acontecía en el césped. En cuanto al juego, los madrileños fueron los que llevaron el peligro en la reanudación y Soldado a punto estuvo de certificar la permanencia cuando Uche le dejó en bandeja un balón en boca de gol pero el nueve llegó forzado y no pudo superar a Toño. Había que ver si esa ocasión marrada iba a ser la pesadilla que rondaría al Getafe durante un año porque en los demás estadios, Osasuna y Sporting ganaban y el Betis-Valladolid empataban desde el minuto 25 de la segunda mitad. Los azulones estaban en el alambre y un tanto del Racing les catapultaría a Segunda División.

El miedo era palpable en las piernas visitantes lo que conllevó a un enfriamiento del juego. Los locales parecían esperar tranquilos en su campo para jugar sus bazas en los últimos minutos. Por su parte, los visitantes quisieron hacer famoso a su fisioterapeuta que salía al terreno de juego cada pocos minutos a atender a sus futbolistas con el milagroso Reflex. Pasaban los minutos y era imposible ver más de dos minutos de fútbol. Buena noticia para el Getafe que supo racanear hasta el pitido final y certificar su permanencia otro año más, y ya van seis, gracias al gol de Esteban Granero y el Racing se va de vacaciones con el trabajo bien hecho pero sin esas supuestas primas que tan bien hubieran sentado.