Habrá quien diga que el Barcelona está adulterando el final de la Liga, poniendo en juego equipos como el de ayer. Habrá quien sostenga que está en su derecho, siempre y cuando se atenga a cumplir lo que marca el reglamento federativo. Ambas opiniones son respetables. Y hay un grupo de aficionados y demás gentes del fútbol a quienes les da igual: son los osasunistas. La victoria en el Camp Nou, nueve años después, permite al club navarro jugarse la semana que viene, en Pamplona, ante el Real Madrid (o lo que quede de él) su supervivencia en Primera División.

El Barça, mientras tanto, acudirá a la cita dorada de este año triunfal, a la final de la Champions League, único norte que guía sus pasos desde hace dos semanas, cuando matemáticamente se asguró el título de Liga. Sólo había un jugador del primer equipo motivado ante Osasuna: Samuel Etoo. Perseguido por Diego Forlán en la lucha por el Pichichi y la Bota de Oro, el camerunés gozó de una hora para seguir sumando goles. No lo consiguió, y ya en el banquillo se fue enterando de que Forlán, con un triplete en San Mamés, le hacía un sorpasso indeseable.

Un tiro.

Y gol. La primera que cazó el Rifle fue para adentro, para permitir que Osasuna se aferre a la ilusión de la permanencia. Plasil sacó un córner y el uruguayo aprovechó el despiste de Víctor Sánchez para cabecear en el primer palo. Hasta ahí, lo único destacable lo había puesto el Barça, a través de dos de sus niños: un zurdazo cruzado de Pedro y una vaselina de Bojan, ambos desviados. El Rifle tuvo otra, clara, en el tiempo añadido (92'), que desesperó a Camacho, siempre al borde de un ataque de nervios.

El episodio impropio de un día festivo para los dos equipos -Osasuna por su victoria, el Barça por la celebración liguera- lo aportó el árbitro, Antonio Rubinos, con una expulsión directa del juvenil debutante Marc Muniesa; le valió una pañolada histórica. Por suerte, luego todo se olvidó por los fastos ligueros.

El detalle. Estreno de la camiseta 2010

Que los tiempos en el mundo del márketing corren a veces más deprisa que el tiempo cronológico quedó patente ayer en el Camp Nou. El Barcelona estrenó en la competición 2008-09 la indumentaria que lucirá durante la próxima, en una decisión que por anunciada no dejó de sorprender al público.