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Liga BBVA | Betis 0 - Atlético de Madrid 2

Forlán y pare usted de contar

El uruguayo anotó dos goles y ya lleva 25. Álvarez Izquierdo no vio dos penaltis seguidos en el área rojiblanca. El Atlético a un punto de la Champions.

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<b>RECLAMARON PENA MÁXIMA. </b>Mark González intenta controlar un balón en el área grande atlética. Los jugadores béticos pidieron penalti de Perea sobre el chileno.
RECLAMARON PENA MÁXIMA. Mark González intenta controlar un balón en el área grande atlética. Los jugadores béticos pidieron penalti de Perea sobre el chileno.

El Atlético se engancha a la Champions. El Betis se desploma. Los rojiblancos se colocan a un solo punto del Villarreal, su referente en la lucha por colarse en la máxima competición continental, primer y único objetivo para justificar una vulgar temporada; los verdiblancos están condenados a sufrir. ¡Faltaría más! Sólo están tres puntos por encima de esos 34 que ahora mismo acumulan Getafe y Sporting.

Betis y Atlético están unidos por una tradición sufridora. Sus aficiones, normalmente pacientes, han estallado y dictado su sentencia. Sentencia cruel, dura, e inapelable. Han señalado a los jugadores como máximos culpables del fiasco en sus respectivos objetivos. Lo del Vicente Calderón la semana pasada fue muy fuerte, especialmente con Pernía. Lo de anoche en el Ruiz de Lopera, sin ser tan amargo, no por ello resultó menos ácido. Algo pasa con las aficiones (cada vez menos complacientes) y con los equipos que ahora prefieren jugar fuera de sus estadios.

En medio de este desierto, encontramos un oasis: Diego Forlán. ¡Un fantástico delantero! Marcó dos goles, trajo a la endeble zaga bética por la calle de la amargura y ya ha igualado su mejor registro realizador. Lleva 25 tantos. ¡Este hombre es el que está llevando en volandas a un Atleti que, por lo demás, juega horrible!

Desde el principio se vio claramente que nos íbamos a dormir. Abel, un entrenador partidario de que sus equipos salgan al ataque y practiquen un fútbol alegre, optó por la sobriedad. Por apretar las clavijas en la parte de atrás y apostar por la más pura costumbre rojiblanca de siempre: el contraataque. Lo malo fue lo del Betis. Ha desaparecido el efecto Nogués y vuelve a la más rancia fosa marina. Al más absurdo y antediluviano chaparrismo (dícese de equipo que no juega a nada).

El 0-1 marcó el destino del partido. A base de paredes. Maxi (otro jugador que se merece un monumento por el compromiso que demuestra) se queda solo en su banda. ¿Dónde estaba Fernando Vega? Metió un sencillo pase de la muerte y Forlán, el más rápido del Oeste, engancha el balón (¿dónde estaban Juanito y Melli?) y clavó el balón lejos de Ricardo. Los madrileños alfombraban su camino y en el estadio sólo se oía el mosqueo del público verdiblanco y animar al aproximadamente medio millar de seguidores rojiblancos presentes en Heliópolis.

Para colmo de males se lesionó Juanma (minuto 21). Entró Edu y el Betis trató de recomponerse. Pero quien mandaba como quería y cuando quería era el Atlético. Forlán y su lugarteniente Maxi, contra el mundo.El partido, lejos de mejorar, decayó hasta la desesperación. El Betis seguía igual de mal. Pero de manera sorprendente quien se desplomó fue el Atlético. Perdió la compostura y la disciplina defensiva y los locales, a impulsos irracionales, llegaron a crearles problemas.

Penalti sí, pero...

Hubo, eso sí una jugada decisiva. Minuto 56. En un balón aéreo Ujfalusi, de manera absurda, sacó la manita a pasear. Estaba dentro del área. Penalti clamoroso. La jugada siguió y Perea derribó a Mark González. Otro penalti como el Everest. Álvarez Izquierdo no pitó ni el uno ni el otro. Craso error. Lo llamativo fue que la grada ni se enfadó demasiado con el árbitro: ¡Sus fuerzas las gastaba en recriminarle todo a su equipo!

A los 71 minutos, Juanito (también tocó Perea) envió un cabezazo al larguero. Pero nadie se emocionó. Ni siquiera cuando diez minutos después Forlán obligó a Ricardo a realizar una notable parada. Preludio de lo que iba a ocurrir en el minuto 88. Eléctrico contragolpe que pilló a todo el Betis a por uvas. Luis García (echamos de menos a este jugadorazo) pone un balón de oro a Don Diego. El uruguayo no perdonó. Poco más que contar. El Atlético no enamora y aburre, pero por lo menos asegura la UEFA y tiene la Champions a tiro de piedra. El Betis, a lo suyo, ¡a coquetear con el descenso! Y ya es el cuarto año consecutivo. Mal asunto señoras y señores.

El detalle. Gran enfado de la afición

"Salen los jugadores, empieza el circo" y "Vencer o morir: último aviso". Durísimas pancartas que reflejó el tremendo enfado de la hinchada bética con su equipo, muy parecido a lo vivido la semana pasada en el Vicente Calderón con las agrias censuras de la afición colchonera con sus jugadores.