Mauricio Pochettino es, innegablemente, el Barack Obama perico. Ambos fueron investidos al unísono, la tarde del pasado 20 de enero, en Montjuïc y Washington, respectivamente. Y ambos aportaron esperanza al mundo, el españolista y el estadounidense, mayormente. Ahora, 101 días después, llegó la hora de pasar el primer examen. Los politólogos ya lo harán con Obama. En el caso de Pochettino, está claro: cumplió con sus promesas electorales y está ya a sólo un paso de salir reelegido.
El entrenador del Espanyol ha pasado, como este Primer Mundo en crisis, por todos los estados. De la impotencia ante rivales como Recreativo, Getafe o Villarreal a la euforia del Camp Nou. De la remontada ante el Mallorca al mazazo de Osasuna. Y de ahí, Navata mediante, la reacción de los cinco encuentros últimos.
"Todo esto es muy bonito, porque ahora venimos de una racha muy buena, pero aquí lo que dictará sentencia es el 31 de mayo", presagió ayer el preparador, quien puso el freno a la felicidad desmedida despertada en el entorno tras abandonar los puestos de descenso. "Aún nos queda un camino largo, largo, largo", aventuró Pochettino, en una frase que podría haber firmado el mismísimo Obama en relación a cualquier conflicto universal. El del Espanyol, sin embargo, no es otro que certificar la salvación. Y luego, inaugurar Cornellà-El Prat en buenas condiciones, como si de la Casablanca se tratase.
Futuro.
El del planeta es incierto, que se lo digan al líder demócrata. En cuanto al de Pochettino, parece mucho menos difuso, aunque él insista en que "va a ser hasta el 30 de junio, cuando tengo contrato". "Y, como comentaba un entrenador alemán (Bernd Schuster), no hace falta decir nada más", añadió jocoso.
Un 70 por ciento de los norteamericanos aprueba hoy la labor de Obama. Pochettino cuenta con la unanimidad del españolismo. Con la permanencia en el saco, sus 101 días serán unos cuantos más.
Antaño fue territorio de las andanzas algo nocturnas de Ronaldinho Gaúcho, pero ayer a unas horas más prudentes que aquellas se convirtió en el cuartel de la unión españolista. La plantilla y el cuerpo técnico almorzaron en el Casanova Beach Club, situado en el Paseo Marítimo de Castelldefels. También acudieron Dani Sánchez Llibre, Germán de la Cruz y Joan Josep Bertomeu. Degustaron comida brasileña, la típica del local, pagada por multas del vestuario. Y de los rodizios a los karts, donde algunos jugadores tenían previsto ir por la tarde.
Lleva 20 puntos
Desde que Mauricio Pochettino llegó al banquillo, el Espanyol ha sumado 20 de los 35 puntos que posee en la tabla. En este tiempo se han disputado 14 jornadas de Liga, con un balance de cinco victorias, cinco empates y cuatro derrotas. Pero Poche debutó en los cuartos de final de la Copa, nada más llegar, ante el Barça: empataron 0-0 en Montjuïc y 3-2 en el Camp Nou.
