El Manchester sólo necesitó 33 minutos para esfumar las ilusiones del Tottenham, del Liverpool, del Chelsea y de todos los aficionados al fútbol que esperaban más emoción para el tramo final de esta intensa Premier. Ese tiempo fue el que necesitó el equipo de Ferguson para darle la vuelta al 0-2 con el que los spurs habían llegado al descanso. Dos buenas acciones ofensivas de los londinenses fueron culminadas por Bent y Modric para disparar la sorpresa. En ese instante la Premier se situaba en un puño para regocijo de los otros dos aspirante, Liverpool y Chelsea, que ya habían hecho los deberes con anterioridad. Los reds vencieron sin lucidez al Hull (1-3), en el que lamentablemente destacó Folan por su expulsión tras patear a Skrtel en una acción que podría recordar a la del madridista Pepe con Casquero.

Pero los buenos jugadores aparecen cuando más lo necesita su equipo. Como en el caso del Manchester. El espíritu ganador de Cristiano conectó por fin a su equipo cuando maduraba la segunda mitad y la entrada de Tévez y la mejoría de Rooney acabaron por convertir a los diablos rojos en una apisonadora sin piedad por el Tottenham. El extremo luso hizo dos tantos, el primero de ellos al transformar un riguroso penalti cometido por el portero brasileño Heurelho Gomes, horrible durante toda la tarde.

Se aclara. El triunfo del Manchester sirvió para aclarar aún más un panorama al que cada vez le queda menos para dilucidarse. El Liverpool debe recortar tres puntos a los de Ferguson en cuatro jornadas y el Chelsea seis. Por si esto fuera poco, al United le queda un partido más para ampliar el colchón. Queda tiempo. Y emoción. Pero el United no falla...