"Los turcos todavía querían disputar otra prórroga más"

Carmelo

"Los turcos todavía querían disputar otra prórroga más"

"Los turcos todavía querían disputar otra prórroga más"

Carmelo Cedrún fue trece veces internacional en la portería de la Selección. Debutó contra Turquía en Estambul y jugó el partido de desempate en Roma para el Mundial 1954.

Carmelo Cedrún, un mito en la portería del Athletic. ¿Recuerda su debut en la Selección española en la eliminatoria contra Turquía?

Pues sí, fue en Estambul, en un campo muy ruidoso (el del Besiktas). Habíamos ganado 4-1 en la ida y nos jugábamos entrar el pase al Mundial de Suiza. Como entonces no valía el goalaverage en las eliminatorias, teníamos que, por lo menos, empatar. Pero no pudimos resistir el empuje de los turcos. Eran fuertes, poderosos, una cuarta parte que nosotros con la pelota, pero... No pudimos aguantar el tipo y me hicieron un gol que nos llevó al desempate en Roma.

España era mucho más equipo. ¿Cómo pudo ser eliminada?

Teníamos mejores futbolistas, pero Turquía era un equipo muy correoso, que jugaba al borde del reglamento. Llevaban la camiseta con mucha pasión. Sólo hizo falta ver cómo lo celebraron. Hubo una invasión de campo al terminar el partido que nos dejó impresionados.

Y luego llegó el partido de Roma. Empecemos por el famoso telegrama que impidió que jugase Ladislao Kubala.

Un mazazo. Nadie lo entendía. El telegrama llegó en un momento en el que Laszi estaba que la rompía, bárbaro, con un fútbol que marcaba las diferencias. Hubo que recomponer el equipo y jugaron Arteche de extremo y Escudero de delantero centro.

Se habló de que el documento que prohibía jugar a Kubala tenía membrete de la FIFA, pero nunca se supo quién lo envió.

Creo recordar que la carta llegó al mismo estadio. Fue una cosa rarísima. En aquella época pasaban muchas cosas raras y no sólo en el fútbol. Sí puedo decir bien claro que había una falta de organización en nuestra Selección alucinante. También faltaba criterio en lo deportivo. Mire, los turcos llegaron a aquel partido muchísimo mejor físicamente que nosotros, no podíamos ni andar en el campo. Jugamos los dos últimos partidos en tres días, con un traslado de Estambul a Roma.

Sí, pero los turcos también hicieron el viaje a Italia.

Claro, por eso lo digo. Eran poderosos, corpulentos, pero nos ganaron porque nosotros no estábamos bien. Hay un detalle que lo dice todo: cuando terminó la prórroga con el 2-2, estábamos tirados por el suelo, hechos polvo y los turcos aún querían jugar otra prórroga más. ¡Lo que nos faltaba! Si no hubiera habido sorteo, creo que habríamos perdido igual.

Y eso que empezaron ganando 1-0 con gol de su compañero Arteche.

Parecía que iba a ser fácil, pero empujaron sin complejos y le dieron la vuelta al marcador. Tuve demasiado trabajo para ser un equipo como Turquía, en teoría muy inferior en fútbol a nosotros.

¿Y cómo se vivió el momento en que el niño italiano Franco Gemma sacó el papel con los ojos vendados que daba a Turquía vencedor?

Se montó mucho revuelo en torno al chaval, aunque los jugadores no estábamos cerca del lío. Fue un palo tremendo no poder estar en aquel Mundial, pero estoy orgulloso de aquella época con la Selección. Fui el primer portero en parar un penalti a Inglaterra en Wembley. Y se le dio mucho valor al asunto.