La primera vez que Rogèrio Ceni se puso de portero fue por accidente. El guardameta titular de su equipo se había lesionado y él, mediocre centrocampista de un modesto equipo, se ofreció a suplirle. Tenía 13 años. En ese mismo encuentro paró un penalti y salvó a su equipo con intervenciones sensacionales. No había duda. El puesto era suyo. Desde entonces ha demostrado ser un excelente portero, lo que le condujo al Sao Paulio, pero también ha conservado su afición por marcar. Tanto, que es el arquero con más goles anotados en la historia después de que así lo reconociera la IFFHS.

"Nunca pensé que llegaría a esta marca. He hecho historia y quiero seguir haciéndola. Mi meta es llegar a cien goles", ha declarado Rogerio para analizar su increíble gesta. Su objetivo no sólo es redondear una maravillosa carrera goleadora, sino distanciarse aún más de los incipientes perseguidores, muchos de los cuales han surgido siguiendo su ejemplo y el de otros como Chilavert, Higuita o Jorge Campos.

Frente a los 36 años de Ceni, algunos de los que podrían darle alcance, como el peruano Vegas o el búlgaro Ivankov, son más jóvenes, por lo que el brasileño quiere rubricar la ampliación de contrato hasta 2012 que le permita seguir marcando goles. La afición paulista le mitifica y el club quiere que continúe. Se valora en él su capacidad de liderazgo y su seguridad bajo palos. Y, claro, también sus goles.

Ivankov hundió al Fenerbahçe

El último caso sonado de un portero marcando goles se produjo el viernes. El Fenerbahçe vencía 0-1 al Bursaspor, pero en sólo cinco minutos vio cómo el resultado daba un vuelco fatal para los intereses de los de Luis. El segundo de los goles, de penalti, fue obra del portero Ivankov. Al búlgaro no le tembló el pulso para tomar la responsabilidad de lanzarlo, pese a que el encuentro estaba en el tiempo de descuento. Con un buen disparo y engañando a Volkan Demirel, Ivankov marcó el 35º gol de su carrera. Antes, en el Levski y en el Kayserispor, ya había demostrado sus buenas dotes goleadoras.