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Liga BBVA | Almería 0 - Barcelona 2

Bojan da aire al Barcelona

Sus dos goles resolvieron un partido cómodo. Diego Alves, espectacular en la primera mitad. Negredo estuvo desaparecido. El Barça mantiene la ventaja.

Actualizado a
<b>PARADÓN. </b>Diego Alves desvía espectacularmente un poderoso disparo de falta directa de Messi, ante la mirada de Keita, Iniesta y Piqué.
PARADÓN. Diego Alves desvía espectacularmente un poderoso disparo de falta directa de Messi, ante la mirada de Keita, Iniesta y Piqué.

Oculto entre una constelación de figuras, Pep Guardiola tiene guardado un diamante en bruto. Bojan Krkic, la joya de la corona de la cantera culé, aprovecha como puede los minutos que le dejan Etoo, Henry y Messi. En un escenario menos glamouroso que cualquiera de Champions, el niño quiso ser hombre. Los dos goles de Bojan no fueron un prodigio, el chico se limitó a estar en el sitio y tener el temple justo para meterlas, pero valen un potosí. Porque el Barcelona se llevó del Mediterráneo más que tres puntos. Se llevó aire. Los cinco goles del Madrid en San Mamés dejaban la Liga a tiro del Bernabéu. Se le tuvo que hacer eterna la noche del sábado a Laporta...

Ahora la distancia es la misma pero queda un partido menos. Hugo debió respirar tranquilo cuando leyó el once de Guardiola. El catalán rotó a sus hombres, algo desgastados por el esfuerzo de la Champions, y sacrificó a Etoo y Henry. Dos problemas menos para el mexicano de inicio. Para el resto valía con seguir su esquema más básico. Hugo no es un gran estratega, pero sabe como pocos cómo hay que jugarle al Barça. Además, quería hacer méritos para ir abriendo las puertas del Bernabéu. Aunque no siempre basta con conocer al enemigo, eso también lo sabe Hugo. Él le hizo 13 goles en sus mejores años en 19 partidos. Perdió diez.

El partido no tuvo mucho ritmo de entrada. No disgustó a los rojiblancos jugar contra el Barça con menos intensidad de la habitual. Sí molestó más a Guardiola, cuyos aspavientos en la banda y gestos de desesperación reflejaban que no le gustaba la función. El Almería, con menos agobios de los que imaginaba, contó con un par de apariciones de Crusat. El veloz extremo catalán, producto perico pero culé de corazón, intentó una vaselina con más imaginación que fortuna. Para lo demás, estaba Diego Alves. El portero brasileño, hombre récord, quiso volver a ser imbatible. Así, una y otra vez, chafó las intentonas del líder, más timorato que de costumbre. Primero fue un aviso de Keita. Su mano prodigiosa le dio confianza para aguantar los arreones del Barça en los compases finales del primer tiempo. Porque el Barça apenas apretó hasta que vio que se iba a la caseta con 0-0. Entonces Alves, Diego, quiso ser tan santo como Casillas. Salvó un tiro de Iniesta, una falta de Messi y un cabezazo franco de Piqué. Esta última acción encendió al estadio, que vio en la mano salvadora de Alves un milagro esperanzador. Pero para milagros, el Mesías. Messi fue el único del tridente al que Guardiola negó descanso. Estuvo apagado el argentino en muchas fases, pero salió enchufado de la caseta. Los goles, la salsa, los puso Bojan. La arquitectura, Messi. Al poco de arrancar la segunda parte, se cosió el balón al pie y sacó de la chistera un nuevo conejo. Su tiro esta vez no se encontró con Diego Alves, pero sí con el poste. Sin embargo, debe ser cierto eso de que la fortuna favorece a los audaces, porque el rechace cayó a los pies de Bojan. El joven delantero, solo en el área mientras los jugadores rojiblancos asistían al show de Leo, la colocó. Su sonrisa le delata como el chiquillo que aún es.

Desenlace.

Con la mueca aún puesta, volvió a recibir en el área un balón cortesía de Messi, Dani Alves e Iniesta. Esta vez Bojan tiró un par de amagos y un toque de suerte despistó al portero del Almería. La cara de Alves, Diego, destiló impotencia. 45 minutos de milagros tirados a la basura. Hugo evidenció algunas carencias a pesar de ser un motivador excelente. De todas formas, había poco que rascar. El Barça comenzó a sobar el esférico hasta desesperar a las frías gradas del Mediterráneo, que silbaron más que aplaudieron. Sólo Crusat llevó algún murmullo a las tribunas. Quizá nadie en el Almería llegó a creer nunca que vencer era posible. Sólo Hugo, él sí. Porque en su cabeza una idea brilla sobre todas: llegar a ser el entrenador del Madrid. Y quería hacer oposiciones calentando la Liga. Pero Guardiola, como en Vallecas el único día que se encontraron, le volvió a ganar.

El detalle. Etoo y Henry, al banquillo

Pep Guardiola decidió hacer rotaciones después de la dura eliminatoria de Champions ante el Olympique de Lyon y dejó en el banquillo a Etoo y Henry de entrada. Dio minutos a algunos de los reservas como Sylvinho, Keita y Bojan. El camerunés salió en la segunda parte. El francés se fue de Almería sin sudar ya que no jugó ni un minuto.