Iker y diez más
Ni chorreo, ni remontada ni gesta para la historia. Entre un árbitro belga de apellido infame y un Madrid ramplón y vulgar se disipó el sueño de la Décima. Fracaso estrepitoso y vuelta a la cruda realidad. Sólo queda la Liga


The end. Sanseacabó. This is vergonzoso. El Madrid sucumbió embarrado por su mediocridad futbolística, por un escenario impactante y por un arbitraje mezquino, sucio, rastrero y propio de la organización que les paga. Platini y Villar se llevan de cine, comen de gorra gracias a sus dietas anticrisis, atracan al Atleti en el minuto 93 para que duela más y se esperan cuatro meses para consumar el exterminio del que fuera emperador de Europa con unas decisiones que adulteraron la eliminatoria. El belga De Bleeckere fue como dicen por aquí el Man of the Match (Hombre del Partido). Torres sabe que Anfield y el Liverpool están bien considerados por la UEFA. Por eso le hizo falta a Pepe en el 1-0 convencido de que haría la vista gorda. Y del shoulder (hombro) de Heinze qué les voy a decir. El ayudante del tal De Bleeckere se inventa un penalti y a callar. Chorreo arbitral. Dos goles ilegales, Villarato sección UEFA de fiesta y el Madrid de vuelta a casa por quinto año consecutivo. La Décima tendrá que esperar. ¡Será en el Bernabéu, en la final de 2010!
Baño. Dicho esto, el Liverpool mereció con todas las de la ley dejar al Madrid fuera de la cuneta de la Champions y con las cuatro ruedas boca arriba. El You'll Never Walk Alone atronó Anfield. Un estadio mítico que tiene un equipo que sí estuvo a la altura de su historia. Los reds no especularon, saltaron al campo como si tuviesen que levantar un 3-0 y demostraron que el santoral está equivocado. El 10 de marzo es el día de los Mártires y Santa Eugenia, pero no es cierto. Es San Iker. Dios salve a Casillas. Si no llega a ser por la agilidad de este Beatle de Móstoles ahora estaría pidiendo la excedencia para perderme en una taberna oscura y olvidarme rápido de lo sucedido. Esto sí es un chorreo, señor Boluda
¿Orgullo?. Lo que no se puede esconder es que, decisiones arbitrales aparte, este Madrid se ha instalado en el ático de la impotencia cuando le toca cruzar la frontera. En seis años ha sumado naufragios en Mónaco, Turín, Múnich, Londres, Roma y Liverpool. Es para mirárselo. Jugadores como Robben, Gago o Higuaín fracasaron con estrépito. Juande debe estar en estado de shock. Algunos de sus hombres (¿o niños?) deberían mirarse el vídeo del Trafalgar de este 10-M. Deprimente.
Fieles. Me duele el fiasco, sobre todo por los 3.000 madridistas que se dejaron los ahorros y se olvidaron de las penurias que vivimos creyendo que asistirían a la resurrección de esa leyenda, todavía viva, llamada Real Madrid. Entre ellos, mi amigo Ernesto de Tenerife, el del periquito Tamudo, que se vino con su silla de ruedas con sus sueños destrozados. Por la mañana invadieron The 'White' Cavern e hicieron la ruta de los Beatles con una ilusión que impedía imaginar lo que se les iba a venir encima. También vi al padre de Javi García, el señor Moñino, que a pesar de no haber sido convocado su hijo se trajo a cinco bomberos de Murcia que creían en el milagro. Gracias a todos ellos por su fe. Esta afición no se merecía semejante sonrojo.
Futuro. No queda otra que levantarse. La Cofradía del Clavo Ardiendo ha colapsado mi móvil. La Liga está viva y hay que cambiar el chip para recuperar la autoestima. Hace dos años se cayó en Múnich y todos daban por muerto al vivo que acabó en Cibeles. Pero ahora no estoy para soñar despierto. I want to be alone. Quiero estar solo