"Ningún jugador del Madrid celebró aquel gol"

El reportaje | El gol fantasma más famoso de la historia

"Ningún jugador del Madrid celebró aquel gol"

"Ningún jugador del Madrid celebró aquel gol"

álvaro rivero

Fotos con leyenda. En un Sevilla-Real Madrid de 1975, un disparo de Paul Breitner se estrelló en el lateral de la red y se coló en el fondo de las mallas por una rendija. El árbitro concedió el gol ante el estupor del portero sevillista, Superpaco. As captó la histórica imagen.

El 9 de noviembre de 1975. Partido Sevilla- Real Madrid. El Sevilla había regresado a Primera tras tres años en el infierno de la Segunda con Roque OIsen (fue un excepcional jugador del Real Madrid, ya fallecido) en el banquillo. Los madridistas arrasaban al son de su prestigioso entrenador yugoslavo Miljan Miljanic, quien introdujo como gran revolución, la figura del preparador físico con Félix Radisic. Segundo tiempo. Sólo transcurrieron 56 segundos cuando el alemán Paul Breitner disparó desde fuera del área. Francisco Ruiz Brenes (San Fernando, 2-3-1948), conocido en las crónicas deportivas como Paco, cubría perfectamente su palo izquierdo. Era imposible que aquel balón se pudiera colar en el fondo de la red. ¡Estaba todo controlado! O casi todo:

"Sucedió algo que pasó a la historia. Una pelota que entró por el costado de la red y que se dio como gol. La red cedió por algún sitio y la pelota se metió dentro y cayó hacia abajo. Me levanté del suelo y me di la vuelta para recoger el balón. ¡Resulta que estaba dentro de la portería! Desde el primer momento me di cuenta de que entró por fuera. En la fotografía se ve perfectamente que llegué con las manos hasta el poste".

Ante la sorpresa general, López Cuadrado, árbitro catalán que pitaba aquel partido concedió el gol que ponía en ventaja al cuadro madridista. "Ni los jugadores del Real Madrid se lo creyeron. Ninguno de ellos levantó los brazos para celebrarlo. ¡Ni Paul Breitner!".

Paco, a quien el periodista sevillano Francisco Gelán (estuvo en el Correo de Andalucía y después en el ABC) bautizó como Superpaco a raíz de una portentosa actuación en los Juegos Olímpicos de Montreal (Canadá) de 1976 en un España- Bulgaria, jugó siete veces con la Selección B y fue 18 veces convocado por la Absoluta con la que no llegó a debutar: "Porque estaba Iribar, para mi el mejor portero español de todos los tiempos". Pocos días después del famoso gol fantasma, Superpaco fue seleccionado para un España-Alemania: "En el aeropuerto estaba Miljanic con varios jugadores del Real Madrid como Pepe Pirri, Santillana y Breitner. Me preguntó si había sido gol. Yo ldije que no, pero que tampoco se podía culpar al árbitro porque la verdad es que él lo vio dentro. En todo caso, al linier". El gambiano Biri-Biri logró empatar pocos minutos después y el partido finalizó con 1-1.

En muchas de aquellas convocatorias, Paco tenía como compañero de habitación a Ángel María Villar, que actualmente es el presidente de la Federación Española de Fútbol: "Es muy amigo mío. Él ya iba con sus libros de derecho. Creo que ya apuntaba hacia donde podía llegar cuando se retirase del fútbol".

No hace falta decir que el escándalo que se montó en el Sánchez Pizjuán fue espectacular: "La que se formó fue buena. No había sido gol. Pero son cosas de fútbol, Una vez me hicieron un gol en Málaga con Jacinto de Sosa como árbitro y lo dieron por válido sin serlo porque yo lo saqué antes de que entrase de debajo de la portería A De Sosa le castigaron y pagó un precio muy alto. Lo quitaron de en medio y lo descendieron de categoría ¡por aquel gol! A él sí le ocasionaron un gran perjuicio profesional".

AS sacó en su portada a todo color (en su especial que salía los martes llamado As Color) la prueba, obra maestra de nuestro compañero Agustín Vega, donde se veía claramente que el balón había entrado por fuera. El titular fue claro: ¡No fue gol! "El AS dijo que no había sido gol y aquello nos había costado perder un punto. Fue una desgracia para nosotros porque era un partido importante. Pero sin duda el AS se apuntó un éxito porque hasta que no apareció publicada aquella fotografía, sólo la gente que estuvo aquel día en el Pizjuán sabía que no era gol".

Paul Breitner. Internacional por Alemania. Destacó mucho en el Mundial de 1974 como lateral izquierdo. Se le conocía como 'el abisinio' por su espectacular melena 'a lo afro' que causó furor. Le fichó el Real Madrid, pero le tuvieron que reconvertir como centrocampista tras el increíble descubrimiento de una joyita: José Antonio Camacho: "Una vez hablé con él porque ha venido por aquí en alguna que otra ocasión. Creo que reconoce que el balón no entró. Pero es que han pasado muchos años. ¿Sabe una cosa? ¡Vienen muchos jugadores por esta zona! De todas las épocas. Sergio Ramos; Burdenski, que jugó en el Werder Bremen y que es que es muy amigo mío, Stielike o Schuster. A mí éste me parece un verdadero fenómeno. Es un entrenador sensacional. No tiene nada que ver con Juande Ramos. Con todo el respeto para éste, que lo está haciendo fenomenal, me quedo con Schuster".

Nuestro protagonista disfruta con nostalgia mientas contempla la copia de aquella inolvidable fotografía que dio la vuelta al mundo: "La verdad es que es bonita porque se ve cómo las manos llegan al poste. He estado 20 años perteneciendo al Sevilla y en tanto tiempo te tiene que pasar de todo. Antes, los fotógrafos estaban a nuestro lado y había veces que cuando hacíamos una parada caíamos encima de ellos. Hoy hay más cámaras y de mayor calidad. ¡Son capaces de hacerte una instantánea desde más de 100 metros y antes funcionaban casi con la Polaroid!".

A pesar de que hace muchos años que se retiró del fútbol en activo, su recuerdo sigue estando presente entre muchos que aún añoran sus paradas, su seguridad y su personalidad. Hace poco se ha fundado en Fuerteventura una peña con su nombre: "Para mí es un orgullo."

Aquel Sevilla. Era un recién ascendido que se medía contra todo un Real Madrid que lo ganaba todo: "Pero teníamos un equipo joven con mucha ilusión y unas ganas tremendas de triunfar. Estaba Pablo Blanco, Sanjosé; Biri Biri. que en aquella época era muy popular porque era la primera vez que el Sevilla tenía un jugador de color. No es como ahora". Superpaco llegó a jugar 251 partidos con el Sevilla y aguantó como un campeón hasta la temporada 1981-1982 en que tomó la alternativa un joven de Betanzos (La Coruña) con unas impresionantes cualidades, Paco Buyo: "Entonces existía el derecho de retención. Cuando un futbolista terminaba contrato un club, de maneras unilateral, se lo renovaba por otro año con un aumento del 10%. Me quiso el Valencia. El Barcelona también me intentó fichar. ¡Y también el Real Madrid! Cuando los jugadores están bien y los equipos funcionan, todos te quieren. Y la verdad es que tuve unos años que estuve muy bien. Pero me quedé en el Sevilla. El club de mis amores y con el que viajo siempre para verle jugar por Europa".

Paco cuenta que el equipo madridista le quiso fichar hasta en dos ocasiones: "Y me llamó Miguel Muñoz, que era entrenador del equipo blanco. ¡En persona! La primera fue cuando a García Remón lo trajeron del Oviedo. Yo estaba cedido en el Cádiz en Segunda y como pertenecía al Sevilla no me pudieron llevar y se quedó García Remón. La segunda ocasión ya fue en mi época esplendorosa. Estaba en la Selección Olímpica y era suplente en la Absoluta. Pero claro. ¡Estaba el mejor portero de todos los tiempos, José Ángel Iribar! Será muy dificil que cualquier otro portero le iguale porque era demasiado completo. ¡Cuando sacaba con la mano ponía la pelota en la línea media del otro campo, pero jugada! Tenía una seguridad muy grande. ¿Casillas? Para mí Iríbar. Otra cosa es que los de ahora cubran récords porque se juegan muchos más partidos que antes".

Superpaco se quedó para siempre con el apelativo de Super: "Mis compañeros me llaman Super y no Paco". La vida de Superpaco ha dado muchas vueltas. Actualmente las cosas le marchan de maravilla: "Me encanta navegar a vela. De hecho hace dos años me proclamé campeón de España de regata de altura de la Zona Sur. Me encanta ver al Sevilla en todos los partidos que puedo. También soy cadista y estoy deseando que ascienda".

Ahora posee un restaurante que es un espectáculo. Es una réplica de un barco: "En la urbanización de El Roche en Conil. Lleva 20 años abierto y funciona formidablemente bien. Tenemos una clientela de un nivel medioalto. Se llama El Timón de Roche. Están todos invitados". Aquel gol que nunca debió subir al marcador cambió algunos conceptos añejos del fútbol. Los árbitros y sus ayudantes revisan antes del comienzo de los partidos las redes de las por terías para asegurarse de que no hay agujeros: "La verdad es que jugadas como aquella que me tocó vivir apenas se han vuelto a repetir".

La Moviola, que entonces se emitía los lunes a las 20: 30 horas, y que presentaba el ex árbitro Ortiz de Mendibil, no descubrió la irregularidad del gol. Fue al día siguiente cuando AS destapó la verdad en su recordada portada. La misma que Paco guarda en su restaurante como un tesoro. La va a enmarcar.