El Rangers pagó por usted a Osasuna 3,5 millones de euros y un año después lo traspasó por 10 al Aston Villa. ¿Es una mina?

¡Ja, ja! No lo sé. O mejor, sí sé una cosa: todo eso es mucho dinero.

Los escoceses le eligieron mejor jugador de 2008. Algo tendrá el agua cuando la bendicen...

No se engañe. Sólo tres o cuatro jugadores devuelven lo que pagan por ellos: Beckham, Cristiano, quizá en adelante Messi... Sus derechos de imagen revierten en sus clubes, son negocio por así decirlo. Pero los demás...

¿Cree pues que el dinero del fútbol se ha desmadrado?

Totalmente. No es normal que un futbolista triplique su valor por un año bueno. En Inglaterra se viven situaciones nunca vistas tras la llegada de Abramovich y los jeques árabes. No es racional que aquí, en España o en cualquier otra parte, se permita que un club acumule deudas superiores a los 50 millones de euros.

Aquí ya sabe como está el patio, ¿allí afecta la crisis, se nota que van mal dadas?

El West Ham perdió la publicidad, la aseguradora AIG ya dijo que no continuará patrocinando al Manchester United... Encontrará empresas interesadas en relacionarse con él, pero los demás... Y en la calle, el trabajador está claro que tiene problemas y muy serios. Como en España, vamos. Y en fútbol, fíjese en el Valencia. Es increíble verle en esta difícil situación, un club con su historia. Pero es que volvemos a lo de antes: nadie se puede endeudar sistemáticamente. Sea un particular, una empresa, un club de fútbol... Una política de gastos exageradísima desencadenó todo esto; no se puede vivir siempre por encima de tus posibilidades.

Platini habló de rebajar las fichas de los futbolistas. ¿Estaría de acuerdo?

Lo acertado es que los clubes presupuesten su realidad y se atiendan a ella. ¿Qué es preferible? ¿Que no puedan pagar? ¿Que los jugadores no cobren? ¿Que lleguen los encierros y tal? Lo peor es que los clubes no paguen. Estamos ante un cambio mundial y el fútbol no será ajeno a él.

Su ficha en Birmingham, comparada con la última en Pamplona, ¿por cuánto se multiplicó?

No eché la cuenta, pero sí me consta que si hacemos una media de las fichas que se pagan aquí, nos sale el doble de las españolas.

Y como gastan menos...

Sí, los españoles que jugamos aquí vivimos de otra manera. Salimos menos, luego gastamos menos.

Vamos, que tiene todavía la primera prima del Rangers.

¡Casi, ja, ja! Mire: es que esto está todo muy programado. Llego sobre las nueve a la ciudad deportiva del club y nos dan de desayunar: primer ahorro. Luego, entre gimnasio, entrenamiento específico y recuperación, nos vamos a la una de la tarde. Comemos todos juntos, un estupendo buffet libre, otro ahorro, y llegamos a casa sobre las dos y media. Alguna tarde me junto con Borja Valero y a su mujer, con más amigos españoles que viven por aquí... Un cafelito, una vuelta, quizá cenar todos juntos... Y doy clases de ingl me defiendo, pero debo mejorarlo. Sería imperdonable salir de aquí sin hablarlo bien.

Y usted es soltero.

¡Estoy en el mercado!

Véndase.

Me apaño en la cocina, con una chica que me echa una mano en la casa un par o tres de veces por semana me apaño. ¡Soy un chollo, sí!

En Birmingham habrá algún restaurante español.

Pues no. Lo más parecido es un bar que se llama Tapas, pero de español sólo tiene el chorizo. A estos ingleses es que les engañan con cada cosa que ya, ya... No sabe lo que añoro una buena tortilla, fíjese que simple. Los supermercados están bien para la fruta, las verduras, la carne de aquí que es buena. Pero de lo nuestro, nada.

¿Y hay ambientillo en la ciudad?

Sí lo hay. Es alegre, tiene vida. Si sales te lo pasas bien. Y el clima es buenísimo comparado con el de Glasgow. Allí llovía y llovía. Y si no, hacía viento. Y mucho frío. Esto es otra cosa. Esta semana estuvimos más de un día a 14 grados... ¡Me parece Marbella!

Por cierto: usted sorprendió al personal el día que se supo que tenía una serpiente boa en casa. ¿Cómo sigue?

Muy bien, en Pamplona. Me la quise traer cuando me fichó el Rangers, pero debía pasar una cuarentena, rellenar mil papeles... Y como allí tengo amigos aficionados como yo a los animales exóticos, uno se la quedó. Titán se llama.

O sea que es macho

Oiga, ¿sabe que no lo sé?

De aparearla no hablamos.

No creo, ¡ja, ja! ¿Sabe cuánto mide?

¿Dos metros?

Sobre 2,20. ¡Más que Gasol! Y es muy buena gente, muy pacífica allí, en su terrario. Come una vez por semana a lo sumo. A mí es que me chiflan estos bichos: serpientes, arañas, tarántulas, escorpiones... Titán fue un regalo de mi madre y de mi hermana cuando jugaba en el Numancia.

Se le ve feliz.

Mucho. La experiencia está siendo magnífica en todos los aspectos. El fútbol se vive aquí de una manera muy especial, muy imponente. Los campos están siempre llenos, la gente no se mueve de tu lado, no te pitan, el apoyo es continuo y total. Y el trato de los clubes a sus jugadores es espectacular: lo facilitan todo.

Y ustedes, además, están jugando muy bien.

Hemos estado casi siempre entre los cuatro primeros acariciando el gran sueño que es meternos en la Champions League y sí, jugando bien. La pena fue que el Chelsea nos ganó el otro día en casa y recortó distancias. Pero es que son un equipazo.

¿El mejor no es el United?

El equipo que más me ha hecho sufrir ha sido el Chelsea. Tiene calidad, rapidez, movilidad, posesión...

Pero echaron a Scolari.

Y vino Hiddink, que tiene toda la experiencia del mundo. Hombre, el United es muy bueno, pero está teniendo mucha suerte, han sido varios los partidos que ha ganado por la mínima y al final.

¿Qué opinión le merece Cristiano Ronaldo?

No tengo claro que nuestra Liga sea lo mejor para él.

¡Anda!

A ver: es un grandísimo futbolista, pero el juego en España es mucho más táctico que aquí, los ataques son más lentos, se trabaja de otra manera. Su explosividad y rapidez están en el mejor ambiente ahora. Le comparo con Torres, que luce más de lo que hacía en el Atlético pues al ser también rápido y listo se aprovecha de los grandes espacios que dejan las defensas de la Premier y que en España no suelen existir.

¿Y a quién ve entonces más capaz de triunfar aquí?

A Rooney, a Tévez, a Gerrard, a muchos de los del Chelsea... Por su forma de jugar los veo más adaptables que Cristiano.

Juande estuvo interesado en su compañero Ashley Young, el extremo. ¿Acertaba?

Totalmente. Este sí está para España. Es muy bueno atacando, de esos que salen por la derecha, por la izquierda. Es rápido y es un currante. Tiene calidad y echa una mano al equipo siempre. Y le favorece la manera de entender el fútbol de Martin O'Neal, nuestro entrenador.

Parece un técnico interesante, sí.

Lo es. Le gusta el orden táctico atrás, pero también que tengamos la pelota, que toquemos. El pelotazo va pasando a mejor vida en Inglaterra. Permanece y para siempre la rapidez, la búsqueda del gol, el defender un poco a tu aire, lo que O'Neal no permite. Pero se juega bien, cada vez mejor. Eso está claro.

Sigue a Osasuna, claro.

Por supuesto. Aquí vemos cuatro o cinco partidos de nuestra Liga por semana. Parece que emerge y lo celebro. El carácter ganador de Camacho se va imponiendo, también en la clasificación. Mi deseo sería que se salvaran ellos y el Numancia, pues llevo a los dos dentro.

Su primer equipo semiprofesional fue el Calahorra.

Sí, jugaba en equipos de barrio: Santa Ana, Santo Ángel, San Federico... En mi último año de juvenil ahí me fichó el Numancia, que había ascendido a Primera con Paco Herrera. Me cedieron un año al Calahorra, en Segunda B, y me recuperaron después. Dos años en Soria y a Pamplona.

Todo a pulso.

Y con mucha suerte, claro. Si te llega la oportunidad, que igual ni eso, hay que aprovecharla y tuve esa suerte. Aquí nadie regala nada; regalados llegan dos... Los demás, a currárselo. Y sigo...

A menudo ha sonado para la Selección.

Es una ilusión, un sueño por cumplir y no pierdo la esperanza. Me halaga que casi siempre que van a dar la lista sueno yo como posible.

Normal: es usted mejor futbolista ahora... y nunca fue malo.

Sí, soy mejor que cuando dejé Osasuna. Salir te obliga a espabilar, a centrarte y trabajar duro. Para un defensa, el fútbol británico es todo un máster. Estuve viendo el Barcelona-Espanyol y aluciné oyendo que lo calificaban de partido duro: ¡la mitad de las faltas que señaló el árbitro no se hubiesen pitado aquí!

Seguro.