Escudero está triste. Tranquilo, pero triste. Es lógico. Apenas tiene minutos en detrimento de Jonathan Sesma en el extremo izquierdo del equipo toda vez que el canario está realizando una excelente temporada y se encuentra físicamente formidable. La calidad del argentino, aquella que deslumbró a la afición y a la prensa en los primeros partidos de la pretemporada, no termina de aparecer y nadie es capaz de explicar el por qué. El jueves Mendilibar señalaba al carácter del jugador, tímido, y al obligado periodo de adaptación.
Ayer el propio futbolista, acompañado de su inseparable Marcos Aguirre, daba su versión sobre el asunto: "Puede ser que me esté costando más de la cuenta adaptarme, pero tampoco estoy teniendo la oportunidad de jugar. Sé que tengo que estar tranquilo". Pese a ello, Escudero lo tiene claro. Para que se vea su calidad lo que necesita son minutos: "Creo que lo que necesito es confianza y jugar. Creo que 10 minutos son pocos para ver lo que puedo hacer". En cuanto a si la timidez está siendo una remora para su adaptación al equipo, el argentino señaló: "Yo siempre he sido así, en Argentina también era callado, es mi manera de ser y no voy a cambiar mi forma de ser".
Como es lógico, Escudero reconoce que Marcos Aguirre es uno de sus apoyos en su proceso de adaptación al equipo y a España: "Siempre estamos juntos y eso es de gran ayuda porque encima de no jugar, estoy aquí muy lejos de la familia".
Aguirre ya lo vivió y le recomienda "tranquilidad"
Marcos Aguirre es el mejor apoyo que podía tener Escudero en Valladolid. No en vano, él pasó ya por los mismos problemas que ahora pasa su compatriota y por eso le entiende: "A mí también me pasó que hubo muchos partidos en los que no jugaba y eso te quita la confianza, pero no hay un remedio mágico para darle la vuelta a estas situaciones, sino seguir trabajando, tener tranquilidad y esperar la oportunidad. Tiene muchísimo futuro por delante así que no ha de ponerse nervioso". Y es que la situación de Escudero le recuerda mucho la que vivió el año pasado él y reconoce que hablan mucho sobre este asunto: "Hay que tener en cuenta que nuestra posición es difícil, estamos lejos de la familia, jugando menos de lo que querríamos y tenemos que pelear para conseguir oportunidades".
