Suicidio en San Mamés

Liga BBVA | Athletic 1 - Sevilla 2

Suicidio en San Mamés

Suicidio en San Mamés

Reuters

El Athletic pagó con la derrota la excesivas rotaciones realizadas por Caparrós, que presentó un once inédito con tan sólo dos titulares desde el inicio renunciando al partido. Jiménez apostó por la victoria olvidándose del encuentro copero del próximo miércoles y el conjunto hispalense sumó tres importantes puntos para seguir optando al acceso directo a la Liga de Campeones. Gabilondo adelantó a los locales y Kanouté dio la vuelta al encuentro con dos golazos.

Es absurdo basarse en el choque liguero de hoy entre Athletic y Sevilla para pronosticar un resultado del partido que enfrentará a ambos conjuntos el próximo miércoles en Copa.La razón, la revolución en el once inicial creada por el técnico rojiblanco Joaquín Caparrós. Tan sólo dos titulares fijos de inicio, Ion Vélez y Amorebieta. En el banquillo, Iraizoz, Garmendia e Iraola rodeados de jóvenes canteranos esperando su oportunidad. El resto se quedaron fuera de la convocatoria. Revolución total con la mirada puesta en el torneo del KO. Jiménez, aunque también reservó a alguno de sus hombres, era consciente de la importancia de los tres puntos para su equipo y apostó por un once más experimentado.

Tras unos primeros minutos de tanteo entre locales y visitantes, en los que ambos equipos mantuvieron una dura disputa por hacerse con el dominio y la posesión del balón, fue el conjunto andaluz el que consiguió un mejor posicionamiento sobre el césped y comenzó a poner en aprietos a la zaga vasca. Perotti no fue capaz de rematar un centro desde la banda derecha de Capel cuando lo tenía todo para marcar, fallo incluído de Armando. El Athletic empezó a notar pronto la falta de su referente atacante, Fernando Llorente. Los de San Mamés se defendían como gato panza arriba ante las embestidas de su rival y su idea de ataque se resumía en balones largos a Ion Vélez y Toquero.

Las bandas ocupadas por Susaeta y Gabilondo se antojaban como única solución para los leones ante las dificultades para sacar el balón jugado debido a la ausencia de Orbaiz, la falta de llegada desde atrás por la ausencia de Javi Martínez y el juego sin balón en el área de Llorente. Y así fue, tuvo que ser el pequeño interior derecho de los locales el primero en probar suerte con un disparo desde fuera del área que se fue desviado. Conforme avanzaba el reloj las llegadas sevillistas eran más peligrosas y la tensión en la grada crecía por momentos. Pero fútbol es fútbol. Al borde de la media hora de partido un barullo en el área lo resolvió Gabilondo con un misil que no pudo atajar Palop y que significó el primero del Athletic y el estallido de júbilo de La Catedral.

El Sevilla se desdibujó tras el gol y los locales comenzaron a tocar con más profundidad, pero esto se quedó en un espejismo que duró tan sólo unos minutos. Los de Jiménez se rehicieron y los de Caparrós replegaron sus líneas buscando el segundo a la contra. Quizá no contaron con la presencia del mejor hombre de los andaluces, Kanouté. Un centro de Mosquera fue controlado y ejecutado a la perfección por el malí para llevar las tablas al marcador al borde del descanso. El conjunto visitante debió marcharse a los vestuarios con un mejor resultado por juego y por oportunidades. El Athletic pagó con el empate su renuncia al juego elaborado y su exceso en el aéreo.

Las rotaciones convierten al Athletic en un sparring

En los primeros minutos tras la reanudación Kanouté pudo adelantar a los del Pizjuán en dos ocasiones, pero el palo derecho de Armando y el propio portero local lo evitaron. El Sevilla dejó claro de esta forma que querían los tres puntos y que, de momento, no pensaban en la Copa, cosa que hizo el Athletic desde el pitido inicial. Al igual que en el primer acto, el dominio era totalmente del Sevilla, que intentaba romper el muro defensivo del Athletic. Y a la tercera fue la vencida. Kanouté recogió un balón en la frontal del área, hizo lo que quiso con los defensas contrarios y acabó fusilando a un desangelado Armando. Se hacía justicia en el marcador por primera vez en el partido.

El partido se consumía con un Athletic totalmente falto de recursos ante un Sevilla que dominaba el partido a placer con llegadas con peligro incluidas. A falta de quince minutos para el final Jiménez comenzó a pensar también en la Copa y a retirar a algunos de sus jugadores más importantes. Mientras que los andaluces buscaban el tercero para matar el partido definitivamente, el Athletic se asemejaba cada vez más a un equipo de rugby. No existía conducción alguna del balón por parte de los de Caparrós, todo se resumía en pelotazos a los islotes en los que se habían convertido sus delanteros. A falta de un minuto para el cierre, Toquero dispuso de la mejor oportunidad del Athletic en todo el partido, pero Palop repelió su disparo con solvencia. Lo que mal empieza, mal acaba.

El Sevilla sumó tres puntos vitales para mantenerse en la lucha por lograr el acceso directo a la Liga de Campeones. Jiménez apostó por el partido y se lo llevó. Caparrós renunció a él desde el principio y los tres puntos volaron para la capital hispalense. El miércoles todo será diferente. El miércoles se juega la Copa. El miércoles San Mamés rugirá más que nunca en busca de una plaza en la final de Mestalla del próximo 13 de mayo.