"Lo peor que hay es conformarse con lo que uno ha hecho ya"

Ander Herrera

"Lo peor que hay es conformarse con lo que uno ha hecho ya"

"Lo peor que hay es conformarse con lo que uno ha hecho ya"

ALFONSO REYES

Ander se sincera con AS en una amplia charla en la que habla de sentimientos y de fútbol, de recuerdos y de futuro. Limpio y directo, afirma que siempre quiso jugar en el Zaragoza, que su padre le aconseja sólo como padre, que admira a Cani... y admite que "debería hacer más goles".

¿Ander Herrera digiere el gran salto que ha dado su vida en el inicio de 2009?

Todavía no he asimilado completamente todo lo que me está pasando, pero familia y amigos me ayudan a ir asimilando que, aunque parezca un sueño, es real.

El paso al primer equipo, el debut, los elogios, la convocatoria con la Sub-21...

Son muchas cosas. Muchas, muy rápidas y todas buenas, así que hay que mirarlo con calma porque también llegarán tiempos malos. Igual que ahora todo es bonito y la gente me dice que qué bueno soy, luego dirán lo contrario. Hay que mantener la cabeza fría.

¿Por qué repite tanto la palabra paciencia?

Porque sólo tengo 19 años y, a diferencia de otros como Cani, con el que se me compara a veces, he debutado siendo mucho más joven. Necesito paciencia e ir poco a poco...

¿Le paran por la calle o aún no le agobia la fama?

No. Noto que me conoce más gente, pero de momento no me paran por la calle.

¿Y que le ha enchufado su padre se lo dicen?

(Risas) ¡No fastidien! Pese a los intentos de alguno, no lo han conseguido.

¿Cómo explicaría tener un zaragocismo tan arraigado? ¿Qué es el Zaragoza para Ander Herrera?

Llegué a Zaragoza con cuatro años y desde los seis no he faltado al campo salvo por compromisos con mis equipos. He vivido dos descensos, un ascenso, dos Copas, una Supercopa... Se forja un zaragocismo que, pese a no ser de aquí, lo siento muy adentro.

Cuente sus primeros años.

Nací en Bilbao y a los cuatro meses me fui con mi padre a Vigo, donde era secretario técnico. Y tras tres años allí, nos vinimos a Zaragoza. Ya llevo 15 años aquí.

¿Cómo se resuelve esa disyuntiva entre la familia y el escudo? ¿Resulta sencillo?

Mi familia es de Bilbao y llevo oyendo 15 años que a ver si ficho por el Athletic, pero ellos saben que yo soy de aquí, me siento de aquí y quiero jugar aquí. Ahora la cosa estuvo más cerca que nunca, pero cuando me dijeron que podía jugar aquí, no me lo pensé. Ha habido algún pique familiar, pero nada más allá (risas).

¿Cómo llegó al Zaragoza?

Entré al Zaragoza con 12 años, tras el Torneo de Brunete. Antes estuve dos años en el Amistad y antes en el Salvador, donde empecé a jugar con cinco años y jugaba con los de siete porque para los de mi edad no había escuela.

¿Siempre destacó?

Sí, de hecho en Brunete me nombraron mejor jugador del torneo. La gente era similar a mí físicamente y me fue bien. Pero a partir de cadete B lo pasé muy mal porque seguía teniendo cuerpo de alevín, me sacaban dos cabezas y 20 kilos. Por suerte, Latapia y Espinosa me supieron dosificar.

Las comparaciones son inevitables. ¿Piensa en que otros héroes de Brunete como Iniesta o Torres son ahora estrellas mundiales?

Sí. Lo pensaba ya el año pasado siendo juvenil. Yo decía: "esos a mi edad ya estaban en Primera". Pero yo sabía que físicamente necesitaba más tiempo, confiaba en mis posibilidades y sabía que tarde o temprano tendría mi ocasión. Ahora que ha pasado el tren me he subido y espero no bajarme.

¿Le hicieron estudios físicos sobre su crecimiento?

Sí. Me dijeron que tarde o temprano me desarrollaría y que llegaría a 1,76, que ya lo he superado. Pegué el estirón en juveniles, en esos tres años crecí 15 centímetros. Y este año aún he crecido un poco más, porque al principio medía 1,79 y ahora estoy en 1,81.

Los primeros recuerdos de Ander Herrera eran los de un jugador más virguero, pero ahora parece simplificar al máximo el juego, ¿no?

Manolo Villanova tiene mucho que ver en eso. En categorías inferiores te pueden valer los taconazos y demás, pero llega un momento en el que hay que ponerse las pilas y currar como uno más. Los entrenadores tienen esa función de convertir en práctico lo que es bonito.

¿El cambio físico le ha ayudado en ese apartado?

Sí, mucho. Con el paso del tiempo en juveniles noté que los rivales ya no me tiraban al suelo con un mero empujón.

¿Y ahora tiene algún trabajo específico en sus deberes?

Ismael (preparador físico) me ha dicho que de momento no conviene porque llevo poco en el primer equipo y ya lo paso bastante mal los lunes como para meterme en gimnasio, pero sí me han hablado de un plan en la próxima pretemporada para ganar musculatura.

Algunas voces ya piden su titularidad, pero usted mismo admite un gran cansancio...

Mi objetivo es ser titular algún día en el Zaragoza, si es más pronto que tarde, mejor. Pero tengo 19 años, debo llevar mi proceso y tener calma.

Hablando de procesos, su adaptación del medio a la banda, tan común ahora en el fútbol, parece óptima, ¿no?

Sí, parece que el mediapunta ha desaparecido y hay que adaptarse a una de las dos bandas, donde se trabaja mucho más y hay que correr hacia atrás como uno más.

¿Tiene algún modelo? ¿Iniesta es el paradigma de esa adaptación a la banda?

Iniesta es un ejemplo, lo hace bien hacia arriba, hacia abajo y hacia todos los lados. Yo me he fijado en Cani, que ha sido un modelo a seguir en la cantera. No sólo técnicamente, también en el trabajo. Recuerdo que en el filial apenas colaboraba, pero en el primer equipo corría como el que más.

En Anoeta apareció un tiempo por el medio y brilló más...

Ahí me gusta jugar más, coges la pelota más cerca del área rival y puedes hacer más daño. Pero Marcelino quiere un 4-4-2 sin mediapunta y yo me adapto a cualquiera de las dos bandas perfectamente.

¿Ese rato se metió ahí por iniciativa propia?

Cuando yo salí con 4-4-2, vi que los mediocentros de la Real habían trabajado muchísimo y estaban asfixiados, así que intenté buscarles las cosquillas entre Rivas y los centrales. Viendo que así hacíamos daño, cambiamos a tres defensas y nos vino genial.

Hoy en día es difícil hablar con lo futbolistas de fútbol como con usted ahora, se refugian demasiado en los tópicos. ¿Se debe a tanto fútbol absorbido en su casa?

Llevo muchos años viendo fútbol con mi padre y él me ha dicho siempre que el jugador de banda no debe quedarse fijo en la banda, sino estar en banda y aparecer por dentro. Si además la velocidad no es una de mis cualidades, pues me voy hacia dentro para combinar y dejo la banda a Paredes, que es ofensivo.

Amén del apartado físico, ¿cuál es su mayor déficit?

El disparo a puerta y el gol. Debo hacer muchos más goles, me lo dicen desde juveniles. Tengo que mejorar la faceta goleadora porque los grandes centrocampistas como Lampard, Xavi, Iniesta o Ballack se distinguen por el gol.

¿A lo largo de su carrera ha hecho goles?

En Liga Nacional hice trece, pero en el resto hice pocos. Entonces jugué detrás del punta y eso me ayudó.

Ante el Levante tuvo opción de disparar desde la frontal, pero decidió pasar...

Ya lo sé, ya. Me arrepentí, tendría que haber chutado.

¿Y sus virtudes?

Descaro, desparpajo y que, vayan bien o mal las cosas, no me escondo. Técnicamente, mi virtud es el trato al balón y quiero mejorarlo cada día. Debo mejorar muchas cosas.

Tras su debut insistió en que no quería pasar desapercibido. Eso dice mucho.

Es importante porque mucha gente llega al primer equipo y el entorno del estadio le asusta. Lo difícil no es llegar sino mantenerse. Y la forma de lograrlo es ser uno más y querer el balón.

¿Con el balón en los pies, prefiere un regate o un pase?

Un pase, me gusta mucho. De hecho creo que debería meterme en la cabeza que es mejor meter un gol que dar un pase. A mí me encantaba Laudrup como pasador y por eso a veces queda mejor un pase.

¿Pedro Herrera le aconseja como secretario técnico o como padre?

Como padre. Como secretario técnico lo quiero alejado. En casa es otra cosa, ha jugado más de doscientos partidos en Primera y me da buenos consejos. Sobre todo que ni ahora soy tan bueno ni cuando vengan malas seré tan malo.

¿El vestuario le bromea con ese detalle?

No. Además lo agradezco porque no me gusta. Somos dos personas distintas y hay que saber diferenciarlo. Nunca tuve problemas con eso porque tuve compañeros fantásticos. Se me valoraba por lo que hacía en el campo.

¿Siente que su llegada ha elevado el estado de optimismo en el entorno?

Tanto Goni como yo, y Laguardia cuando entre, somos un foco de ilusión. Me agrada que la gente espere cosas de mí porque me gusta superarme. Lo peor que hay es conformarse con lo ya hecho.

Si el Zaragoza no hubiera bajado, ¿hubiera sido más difícil el salto que ha dado?

Sí. Habría más jugadores, la Primera es distinta, las circunstancias igual no habrían cambiado... Nunca se sabrá.

Por las circunstancias se compara su caso al de Cani, aunque la revolución social que hay en la ciudad parece más controlada con usted.

Mi entorno me ayuda a tener la cabeza fría. Cuando las cosas van bien hay mucha gente que se sube al carro pero que luego no están ahí para ayudar cuando las cosas van mal. Tengo muy claro quiénes son mis amigos y mi familia.

Llegó usted, se fue Oliveira y el equipo ha cambiado.

Son coincidencias. He tenido la suerte, y no porque esté yo, de que el equipo está mejorando y quiero aportar mi granito de arena para el ascenso.

Usted no vivió los primeros meses en el grupo, pero ahora parece que hay más ilusión.

Sí. La adaptación a Segunda no es fácil y te juegan de otra forma. He tenido la suerte de entrar cuando las cosas se han asentado y veo al grupo muy ilusionado y convencido.

¿Hacen cuentas?

No. Ganando doce partidos aproximadamente lograremos el ascenso. Y si pueden sobrar cinco jornadas, pues mejor.

¿Y será eso posible?

Quizá no, pero en mis cálculos me sobran tres jornadas. O al menos que en ellas sólo hagan falta dos o tres puntos.

Parece que la tabla está a punto de romperse.

Sí, es un momento decisivo. En estas dos salidas hay que sacar un mínimo de cuatro puntos para juntarnos a los tres que vamos a ir hacia arriba. Estoy convencido de que el Zaragoza estará entre ellos.

¿Por quién apuesta usted?

Por el Xerez, por la evidencia actual, el Zaragoza y el Celta, creo que al final estará arriba.