El sábado volvió a jugar al fútbol en La Romareda con la camiseta del Zaragoza. ¿Qué sensaciones recuerda?

La verdad es que me quedé con una sensación más que positiva por el recibimiento de la gente. Me fui por una situación que tenía que ver con nuevos desafíos, no porque acá estuviera mal y creo que el sacrificio y la entrega que di durante los tres años que estuve aquí la gente lo vio reflejado y ayer digamos que tuve una pequeña recompensa.

La ovación fue total cuando entró al campo.

Sí, creo que fue una ovación de cariño. Al menos así lo sentí yo. Creo que la gente me ve como uno más de la casa y yo también me siento así, por eso volví al Zaragoza. Y ojalá que esto siga en este camino los años que tenga que estar acá.

Apenas tuvo diez minutos sobre el campo, ¿pero cómo fue para usted el volver a jugar con el Zaragoza?

Sinceramente para mí fue muy positivo. Evidentemente uno siempre espera y ansía jugar un poco más, pero entiendo a la perfección la situación por la que atraviesa ahora el equipo. Hay que respetar a los compañeros que juegan, que lo vienen haciendo bastante bien, y uno se tiene que ganar un lugar. La gente ya me conoce y el técnico también y yo quiero aportar cosas al equipo. Si no puedo y me toca esperar afuera, me esforzaré por hacerlo mejor. La verdad es que por ahora estoy muy contento en el equipo.

Marcelino dijo que no participó en el primer partido porque no había entrenado mucho con el equipo y el sábado fue suplente y jugó al final. ¿Cómo se encuentra físicamente Leonardo Ponzio?

Yo me veo bien en el plano físico. En lo que respecta al grupo, poco a poco voy conociendo más y mejor a mis compañeros y asimilando todos los conceptos que quiere poner en práctica el entrenador. Son conceptos que he captado bastante rápido porque son cosas simples y que realmente al jugador le llegan rápido. Ahora tengo que esperar y seguir sumando entrenamientos y acumular minutos para, cuando Marcelino lo disponga, poder estar en el once inicial.

Vamos, que no ha tenido ningún problema en asimilar el ideario de Marcelino.

No, para nada. Desde el primer momento el entrenador fue muy sincero conmigo y me explicó lo que quería. Además, en los entrenamientos se pueden ver esas cosas. Nos pide a todos que estemos siempre al cien por cien tanto en el trabajo entre semana como en los partidos, y esa exigencia es lo que se está reflejando últimamente en la buena marcha del equipo en la Liga.

¿Y al equipo cómo lo ha visto en su regreso?

Pues lo he visto bastante bien. La verdad es que la Segunda División es muy distinta en juego a lo que se hace en Primera. Al menos así lo veo yo por mi experiencia y por lo que vi hasta ahora. Hay equipos que en esta categoría se sienten mucho más cómodos y que realmente no tienen ninguna aspiración de lograr un ascenso a Primera; y luego hay otros, como nosotros, que lo que queremos es jugar bien y a la vez lograr el ascenso a Primera. Y la verdad es que por ahí se hace mucho más difícil poder llegar a un juego rápido y bueno. Creo que el equipo va poniéndose en forma y confío en que vayamos subiendo el nivel y que terminemos de la mejor manera.

¿Y no desespera un poco el enfrentarse con esos equipos que juegan a encerrarse?

Sí. Creo que eso está motivado por la necesidad de cada equipo y por las intenciones que muestren en su juego. El sábado se vio reflejado en Las Palmas, que con la situación en la que está parece obligado a jugar así. También nos encontramos con una Real Sociedad que sí que tiene más aspiraciones de subir, pero jugando de otra manera, con otro fútbol. A nuestro entrenador y a la gente le gusta un fútbol más de toque, más combinativo, y ese tipo de juego es el que se está viendo últimamente.

Usted ganó una Copa del Rey, una Supercopa, un Torneo Clausura con River... ¿Ha tenido que cambiar mucho de mentalidad y motivación para afrontar este reto?

No... conozco mucho el club y las intenciones que tiene en estos momentos. El desafío de subir al equipo a Primera todos juntos a mí me parece buenísimo, porque el club necesita eso. Nuestra plantilla es de Primera División en cuanto a nombres y eso tenemos que reflejarlo. Es algo así como una necesidad, así que uno cambia el chip enseguida. Ahora me debo al Zaragoza y trataremos de hacerlo lo mejor posible para subir.

En la sala de prensa muchos jugadores aseguran que el vestuario es una piña por el ascenso. ¿Usted cómo se lo ha encontrado?

Bien, sí que he visto que eso que dicen luego es una realidad. Tenemos un grupo corto, no es como en Primera cuando estaba yo que la plantilla se acercaba a 30 jugadores, pero por eso mismo pienso que ante todo nos tenemos que hacer fuertes y estar más unidos que nunca. Juegan once y luego hay que estar dispuesto a estar metido en cada partido para ayudar al compañero cuando te toque entrar.

Y usted tiene ganas de entrar de inicio, ¿verdad?

(Risas) La verdad es que sí que tengo ganas. En los entrenos intento ponerme a tope, pero ya le dije que hay compañeros que están aquí desde el inicio de la temporada, se ganaron un lugar y la confianza del técnico y eso hay que respetarlo.

¿El Zaragoza será de Primera en junio?

Es lo que hay que hacer, no nos queda otra opción.