¿Ha pasado usted en cuestión de semanas de la decepción y la frustración al éxito, del infierno al cielo?

La verdad es que no me puedo quejar de cómo ha empezado el año 2009 para mí, todo lo contrario a lo que me ocurrió hasta el parón invernal. Estoy muy contento.

¿Qué ha cambiado, su actitud, la opinión del entrenador, ambas cosas?

El entrenador antes confiaba en otro jugador, ahora confía en mí y yo, que siempre intento tener la misma actitud, creo que estoy respondiendo, ya que me están saliendo bien las cosas.

Ya, pero no me negará que el Borja que estamos viendo en los tres últimos partidos en Liga, y anteriormente en Copa ante el Sporting, es el mismo que antes del parón de Navidad...

Pero es que tampoco he tenido continuidad como para tener unos juicios de valor importantes. Empecé jugando al principio de temporada, luego me fui al banquillo, incluso a la grada; es verdad que mi error ante el Madrid me afectó bastante, pero he vuelto al equipo, estoy teniendo la confianza del entrenador y eso se está notando en mí y en el equipo.

Está usted multiplicándose en todas las facetas: defendiendo casi como un central, complementando a Álvaro Rubio en el centro del campo e incluso dando pases magistrales, como a Sesma ante el Atlético (su vaselina se fue por encima del larguero) y ante el Athletic, que dio lugar al segundo gol de Víctor...

En Valladolid, hay gente que piensa que sólo sé correr y robar balones, pero en mis anteriores equipos no sólo destruía, también construía. Está claro que cuando un futbolista tiene confianza puede mostrarse tal y como es.

¿Los tres partidos seguidos que lleva como titular es la reivindicación definitiva de que Borja puede ser una pieza importante en el Valladolid?

Desde luego. Ahora me siento útil e importante. No es que piense que tengo el puesto asegurado, porque yo creo que en este equipo no lo tiene nadie, pero antes tenía quizás más certeza que al siguiente partido de jugar me iría al banquillo y ahora me encuentro con confianza de que me estoy ganando el puesto.

¿Es cierto que lo ha pasado mal?

Sí, bastante. Llegué a pensar que no podría volver a mostrar el nivel que tuve el año del ascenso o, por ejemplo, la pasada temporada.

¿El de los tres últimos partidos es el mejor Borja desde que está en el Valladolid?

No. Creo que el mejor fue el del comienzo de la Liga pasada. Va a ser difícil, pero espero poder seguir jugando como en los tres últimos partidos para igualarlo y superarlo.

Desde fuera se ve que lo está haciendo casi todo perfecto. ¿pero usted qué pegas pone a su juego?

No sé, quizás en algunos momentos quiero ayudar tanto, que, en lugar de beneficiar, perjudico al equipo, entorpeciendo a mis compañeros.

¿Le ha felicitado Mendilibar?

Me ha felicitado, como al resto del equipo, y también me ha corregido, como debe ser.

El equipo es noveno, suma 30 puntos..., ¿ven la salvación más cerca?

No debemos pensar en cuántas victorias o puntos nos quedan para salvarnos. Tenemos que ir a Almería a ganar y luego, al que venga a Zorrilla, que creo que es el Málaga, y así sucesivamente. Lo principal es no tener euforia, porque cuando se dijo que éramos un equipo-revelación, después llegó la mala racha de juego y resultados. Hay que tener calma.