NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Recreativo 0 - Atlético 3 | La contracrónica

Les pone a tope

El Atlético cambió el chip de enero tras la llegada de Abel y consiguió la primera victoria de 2009. El recambio en el banquillo se tradujo en una primera parte en la que los rojiblancos fueron un vendaval imparable para el Recreativo.

Actualizado a
Abel sando instrucciones desde la banda

Ganador.Abel dijo en su visita a AS esta semana que sólo tenía un pensamiento: ganar, ganar y ganar. Él lo había mamado en la casa y no entiende un Atlético que no sepa hacerlo. Y en poco tiempo ha debido convencer a sus jugadores de ello, porque en media hora el Atlético había ganado tres puntos importantes y enterrado el mal sueño del último mes de enero. Este Gato tiene las uñas afiladas y el Recre se llevó el primer zarpazo.

Activo. Abel empezó el partido sentado en el banquillo, pero marcó a los tres minutos el Atlético y ya no se volvió a sentar. Disfrutó en este primer período. Lo hizo viendo como Agüero, Forlán y Sinama destrozaban por los costados al Recreativo. Gozaba viendo a un Atlético eléctrico en los metros finales, con ansias de victoria y goles. Abel se enfadó cuando Pablo vio la amarilla y cuando la defensa tuvo algún despiste a balón parado. Y aplaudió a Raúl García y Assunçao cuando tocaron en medio campo.

Reflexivo.Y miró hacia el suelo en muchos momentos del partido. Quizá se acordó de sus inicios en el Atlético, de las batallas ganadas y perdidas como jugador. Quizá se acordó de Aguirre y del bochorno y la vergüenza que los jugadores nos hicieron pasar ante el Valladolid. Pero este Atleti es distinto. Agüero corrió, marcó, dio dos goles, entorpeció... Forlán afinó la puntería y todos se ayudaron, todos arriba y todos abajo. Y entre reflexión y reflexión el equipo rojiblanco le había metido dos arañazos más al Recre que no se enteró de que éste no era el Atlético de enero.

Alegría.Kun Agüero y Forlán festejaron los goles como si lo hubieran hecho en un Mundial. Y todos fueron a una. Ujfalusi corrió más para abrazar a los suyos celebrando uno de los goles que en cualquier jugada del partido ante los blanquiazules. Abel siguió dando instrucciones en el segundo tiempo, aunque ya no hacía falta. Desde el miércoles había algo en el ambiente que decía que comenzaba una nueva historia rojiblanca.