Lo que iban a ser tres semanas acabó siendo un mes y medio. Ha costado más de lo esperado, pero Rafa ya entrena con sus compañeros y lo vive con alivio: "Nunca me había lesionado y este año llevo dos. Ya trabajo con el grupo y psicológicamente estoy mejor. Veo la vida de otro color, porque lo peor que puede vivir un futbolista es estar sin entrenar".

El pucelano asegura que en el aspecto físico está "a tope" y quiere pelear el puesto: "Somos cinco centrales y los que juegan lo están haciendo bien, pero trabajando hay tiempo para todos. Debo aprovechar mi oportunidad". Una oportunidad que quizá le llegue antes de lo esperado, pues las bajas obligan a Víctor a hacer al menos tres cambios respecto al equipo de la semana pasada. El lesionado Manu y los sancionados Gavilán y Cortés, dejan vía libre. Rafa podría jugar como lateral derecho (posición que no es nueva para él), subiendo Contra al centro del campo y cambiando de banda Granero. Rafa quiere centrarse en el choque del Betis: "Nos viene bien que tengan Copa entre semana y que estén en una situación delicada. Físicamente quizá lo noten, pero lo que mejor nos vino fue romper la mala racha y golear al Sporting".

Víctor no es amigo de los cambios y esta vez está obligado a hacerlos. Soldado le echó una mano el domingo y una duda está resuelta, volverá a formar pareja de delanteros con Uche. Las otras dos bajas tienen más difícil solución. Guerrón, Adrián, Cotelo y Rafa se disputan un puesto. Últimamente el técnico aragonés no da muchas pistas sobre las alineaciones, pero ante lo novedoso de la situación, quizá en el entrenamiento de esta mañana empiece a hacer pruebas.

Kepa, pendiente de su futuro

A Kepa le restan dos años y medio de contrato y el delantero parece dispuesto a cumplirlos pese a que el Valladolid o el Tenerife hayan preguntado por el marbellí para una cesión hasta final de temporada. También se rumoreó que el Zaragoza estaba interesado; sin embargo, el club aragonés lo desmintió ayer, por lo que la plantilla azulona seguirá compuesta por 25.