El Mallorca olvidó sus penurias ligueras y se metió, con todo el merecimiento del mundo, en las semifinales de esta Copa del Rey que ya ganó en 2003. Supo rentabilizar, más que la ventaja que trajo del encuentro de ida, el desastre que a día de hoy es este Betis sin rumbo, sin dirección sin tensión, sin actitud y con un entrenador, Paco Chaparro, que decididamente ha perdido la brújula. Cada vez está más cuestionado y se puede decir que si el próximo domingo pierde en casa contra el Getafe, será destituido... si es que Lopera no decide fulminarle antes. Víctor Fernández está en la recámara. Ojo al dato.

Cómo sería de malo el partidito de los béticos que su estrella fue Ricardo. No un delantero. No un centrocampista. Ni siquiera Sergio García (de lo poco salvable de su equipo). ¡El portero! Sin sus intervenciones, el conjunto bermellón tranquilamente pudo irse sin pestañear con un 0-3 o un 0-4. Fue de los pocos que al menos aportó carácter y profesionalidad. Ahora, al Mallorca le espera el vencedor del Barça-Espanyol. Y al Betis, lo de siempre. Incertidumbre, follones, líos. ¿Hasta cuándo?

Serio Mallorca

. El primer tiempo del Betis fue infame. El del Mallorca, aseadito. Los baleares, sin presión, sin prisas y con toda la parsimonia del mundo llevaban el peso como y cuando querían. Minuto 3. Disparo de Cleber que sale fuera por poco. Minuto cinco, ocasión de Cleber. Minuto 37, grandioso zurdazo de Varela y mejor parada de Ricardo que, sacando una mano prodigiosa, mandó el balón a córner. En este primer acto, el Mallorca (insisto, con ritmo de chotis) lanzó cinco saques de esquina. El Betis...¡cero patatero! Nada. Aparte de una opción de Emaná, la pólvora verdiblanca se limitó a tres o cuatro malísimos disparos de Mark González. Más que disparos, ensayos al estilo del rugby. El chileno, que reapareció tres meses después de su lesión está corto de partido, pero por lo menos tiene ganas. Buena noticia para el Betis.

El segundo tiempo esbozaba unos parámetros calcados a lo anteriormente expuesto. A los 49 minutos Ricardo, con decorativa palomita incorporada, desbarató un gran disparo de Trejo, un futbolista con muchas ganas de reinventarse y ninguna, de abandonar la Isla de la Calma. Buen jugador.

Y el Betis despertó (o eso parecía). Seguía jugando de horror. Pero por lo menos aplicó algo (¡algo!) de actitud, otrora inexistente. Sergio García, jugador de clase sobresaliente y que sabe asumir responsabilidades, tuvo el 1-0 en sus botas. Pero mandó alto el buen servicio de Juanma, que había salido sustituyendo a Mark González. Este ligero cambio se tradujo en que logró forzar... su primer córner. Y tuvimos que esperar hasta el minuto 56. Dos minutos después, el Mallorca lanzaba su séptimo lanzamiento desde la esquina. Los bermellones jugaban como en casa. Tenían el partido donde querían. Y el reloj que no pasaba de correr... con el Betis en el hoyo.

Efecto gaseosa

. El Betis se torció. Su fútbol retomó la senda de la vulgaridad y entró en un desenfrenado carrusel de pérdidas de balón. Una de Nelson, por ejemplo, dejó el cuero a Fernando Varela, sin duda el mejor del partido, que se fue con electricidad y sólo ante Ricardo, pero con poco ángulo, mandó el balón fuera.

El público comenzó a perder la paciencia. Empero Manzano, más listo que el hambre, decidió poner en el campo al talentoso gaditano Jurado en lugar de un Webó que trabajo muchísimo y se llevó palos por todas partes. Fueron los peores momentos del mediocampo verdiblanco. Y más tras la salida de Arzu (que era de los más serios dada la desaparición en combate de Mehmet Aurelio) para poner a Xisco. Nada. Y Ricardo, casi al final, le hizo un soberbio paradón a Trejo en un mano a mano. Cuando Pérez Lasa dio el pitido final la grada, más que estallar, se resignó al devaneo de la costumbre. Otro año igual.

Regreso de Serra que vio a sus ex equipos

Lorenzo Serra Ferrer, que dirigió en diferentes etapas al Mallorca y al Betis, estuvo anoche en el recinto heliopolitano. Actualmente está colaborando en la Televisión de Baleares, con la que hace comentarios de los partidos que disputa el conjunto bermellón en Liga y Copa del Rey.