Uche y la garra ahogan al Atleti

Liga BBVA | Almería 1 - Atlético 1

Uche y la garra ahogan al Atleti

Uche y la garra ahogan al Atleti

Empate justo en un partido trabado y bronco. El Almería se adelantó e igualó Sinama. Los de Hugo, con diez desde el 53'. Banega fue expulsado al final.

El primer duelo de entrenadores mexicanos de la historia de la Liga fue macho, muy macho. Hubo patadas y empujones, broncas y expulsados, tensión e intensidad permanente. Como combate de lucha libre habría hecho furor. Ahora bien, como partido de fútbol fue una castaña. Pilonga. Pero el duelo lo ganó Hugo, que se llevó un puntito que a su Almería le sabe a gloria después de haber jugado con uno menos 36 minutos. El empate al Atleti apenas le vale para mantenerse por los pelos en la zona UEFA, empatado con el Málaga al que visita el domingo. La nota final de su primera vuelta es un suspenso como una catedral. Por puntos, por juego y por actitud.

Porque ayer volvió a salir a jugar un partido de Primera como si fuera una pachanga de solteros contra casados y, además, ellos fueron los casados. Esta tradición, imperdonable en cualquier equipo profesional, resulta ya una seña de identidad de este Atleti y los rivales lo saben. Así que el Almería le devoró desde el pitido inicial y a los seis minutos ya había marcado. En ello colaboraron, como también es habitual, los errores individuales de la defensa madrileña: Antonio López falló al despejar un balón y Leo Franco rechazó el primer disparo de Uche exactamente como no se debe hacer: blandito y al centro del área. El nigeriano le fusiló mientras le daba las gracias.

Ni así despertaron los de Aguirre, que siguieron deambulando por el campo como almas en pena hasta el minuto 22, cuando su gran, quizás única, virtud futbolística volvió a emerger: cero méritos, un gol. Antonio López lanzó una falta desde la derecha y Sinama cabecea ante la mala salida de Alves. El francés, pese a cierta sobreexcitación que le tuvo toda la noche al borde de meterse en un lío, demostró que puede funcionar bien como volante derecho cuando falte Maxi.

El gol visitante frenó el ímpetu del Almería, donde Negredo nunca encontró su sitio, y a falta de fútbol la cosa empezó a calentarse para desgracia de Delgado Ferreiro, absolutamente superado en cada acción, incapaz de frenar la escalada de brusquedad. Hasta el descanso, sólo dos detalles futbolísticos. Primero, un córner en el que Sinama amagó con sacar y rozó el balón antes de irse de allí para dejar que lo hiciera Simao, pero desde este año con rozarlo basta para ponerlo en juego, así que el portugués cogió y salió jugando como si nada ante la sorpresa general. La cosa quedó en nada, pero fue novedoso ver al Atleti como pionero en algo. Positivo, digo. Para acabar, un ataque de ira de Forlán que esprintó desde su campo con el balón evitando rivales hasta, asfixiado, fallar ante Alves.

Tras el descanso, el Atleti salió del vestuario con la misma caraja que al inicio y el Almería pudo marcar tras una preciosa cola de vaca de Uche y una peligrosa falta cometida por Pablo al intentar despejar como mandan los cánones: con los ojos cerrados, la mano extendida hacia el balón y arrollando al rival. Pero entonces Pellerano, que llevaba toda la noche defendiendo a Agüero a base de faltas, vio la segunda amarilla más por reiteración que por la infracción en sí. Y el panorama cambio de inmediato.

Ocasiones.

Nada más producirse la expulsión, Pablo cabeceó al larguero y Kun desvió un disparo de Banega para rozar el palo. No tuvo suerte ayer Agüero, que fallaría la definición en el 74' tras una gran maniobra, pero su partido fue loable, insistente y peligroso pese al brusco marcaje que sufrió. El chico, además de genial, es duro. Como orgulloso es Forlán, que salvó el 2-1 al cruzarse el campo entero a la carrera para evitar que Crusat fusilara a Leo tras un error garrafal de Banega en un córner a favor de los suyos. Un Banega que, por cierto, acabó expulsado destrozando otra vez su oportunidad de asentarse en el once. No madura.

En el último instante, Alves hizo olvidar su error en el gol con un paradón ante Forlán. La victoria visitante no hubiera sido justa. Los dos jugaron igual de mal, aunque sólo el Almería tiene excusa: inferioridad numérica y, a priori, de talento. Así que Hugo ganó a los puntos, los mismos que le faltan a Aguirre para dormir tranquilo.