¿Qué recuerdos tiene de los dos desmayos que sufrió en aquel Málaga-Valencia de 2004?

No me di cuenta en el momento. Cuando me caí, me intenté levantar y regresé al piso. Lo malo de todo eso es que no me di cuenta. No tenía conocimiento de lo que sucedió.

Exactamente, ¿cómo fue?

Tuve un sprint con un delantero hasta el córner y cuando volvía me sucedió. Creo que me pasó porque esa semana estaba más estresado de la cuenta, soy hipotenso (tengo la tensión baja) y, además, hacía mucho calor.

Entonces, ¿luego vio por televisión sus imágenes?

Creo que sólo las vi una vez, tampoco tenía muchas ganas. Después nunca más las vi. Lo que sí recuerdo es que todo eso me generó una crisis de ansiedad, que me agarró después en el vestuario. En ese momento sí me asusté bastante. Eso fue después del episodio que me sucedió en el campo, cuando me llevaron en ambulancia al sanatorio. No sentía el cuerpo ni las piernas, después, con medicación, a las tres o cuatro horas me puse bien.

En ese trayecto del estadio al hospital era consciente de lo que le ocurría en todo momento, ¿no?

Sí, sobre todo estaba como asustado. Veía a todos los médicos alrededor y esa situación jugó en mi contra porque sentía que me empezaba a faltar el aire. Yo mismo me generé esa especie de ansiedad.

El público estaba muy sensible por aquel entonces porque diez días antes se había producido la muerte súbita del húngaro Feher del Benfica.

Sí, estaba el tema muy presente. Lógicamente, la gente se asustó mucho.

¿Cuánto tiempo pasó hasta que volvió a jugar?

Volví un mes después, más o menos. A los tres o cuatro días ya estaba entrenándome. Fue un hecho bastante desagradable. Me costó muchísimo superarlo y olvidarlo. Muchas veces sentía que me quedaba sin aire o que me ahogaba. Deseaba que esa situación no se repitiese, pero sucedía. Necesité ayuda psicológica. Cuando todo el mundo te pregunta cómo estás, en el fondo en vez de ayudarte te agobiaba más.

¿Qué pruebas pasó?

Las pruebas mías duraron sólo dos días. Me hicieron un TAC, una tomografía, pruebas de equilibrio, analíticas, un escáner, ecografías...

Entonces, descartaron que fuera del corazón, ¿no?

Descartaron todo y lo dejaron en una lipotimia, en una bajada de tensión.

Usted puede ponerse mejor que nadie en la piel de Rubén de la Red. ¿Qué le diría?

Lo primero es que le descarten que sea algo fisiológico, cualquier anomalía congénita o cardíaca. A partir de ahí tendrá que aprender a superar el miedo de que le vuelva a suceder. Los límites se los tiene que poner él, no los demás. Me acuerdo de lo que me decía el doctor Candel, que hiciera hasta donde pudiese.

¿Se le pasó por la cabeza dejar el fútbol?

(Pausa). No sé, por momentos sufrí bastante. Al principio te cuesta abrirte y lo mejor que puedes hacer es contarlo. Al principio yo no contaba nada y me guardaba las sensaciones para demostrar que me encontraba bien. Los jugadores somos así, queremos demostrar que siempre estamos bien. Necesitas ayuda profesional para poder salir de ahí.