Mestalla presenció un partidazo desenfrenado que dejó a todos satisfechos porque nadie pudo dar más. Los dos pudieron ganar y lo merecieron, uno por su arranque y el otro por su remontada, por lo que era injusto que alguien se fuera de vacío, como injusto fue que lo ofrecido sólo tuviera un punto de premio. Valencia y Villarreal aspiran a acabar en zona Champions y, jugando así, lo lograrán porque pocos rivales tendrán delante del mismo calado que anoche.

La primera mitad en Mestalla fue una de las mejores de la Liga. Terminó con tres goles, cuatro palos y un torrente de ocasiones que hizo vibrar a la grada para disgusto de los dos técnicos, que esperarían más control. Pero hay veces que los genios se rebelan al yugo de la pizarra y a los nueve minutos el marcador era de 2-0, pero podía haber sido de empate. Pese al mazazo, el Submarino no se vino abajo y buscó el gol con el buen hacer de Bruno y los kilómetros de Eguren, Cazorla e Ibagaza, pero quedaba expuesto a las contras ches, el escenario en el que mejor se sienten los de Emery.

Cada vez que los amarillos se acercaban al gol, los locales les recordaban que seguían vivos. Marchena salvaba un remate en la línea y Silva besaba el larguero un minuto después. Mata estrellaba una obra de arte en el poste (41') y Fuentes recortaba en su siguiente llegada, la última antes de ir al descanso con duelo abierto.

El paso por vestuarios le bajó una marcha al derbi, la mano de los entrenadores empezó a notarse y se cerró el grifo de las ocasiones. Emery iba remendando su once con parches improvisados y el valencianismo se agarraba a David Albelda, inmenso como lateral o como lo que le pongan siempre que sea con el murciélago en el pecho porque el murciélago es él. Pellegrini también movió el banquillo y le recordó a los suyos que el camino del gol es el toque, la paciencia y la posesión. Con los planteamientos claros, el duelo se embruteció, Baraja soltaba el codo, Fuentes atropellaba al Guaje... pero no se movía el marcador.

Al Valencia se le iba acabando la gasolina, la zaga estaba remendada con chicle y Llorente (inmenso) se aprovechó macheteando el empate. Olía a remontada, pero el orgullo y la pizarra blanquinegra afloró en un cabezazo de Edu. 3-2 y vuelta a empezar para el Submarino, que volvió a crecerse e igualó con un penalti light. Empate a partidazo.

El detalle: se lesionaron Albiol y Gonzalo

El derbi también se saldó con dos lesionados, uno por cada equipo. Gonzalo se retiró en el minuto 22 y Albiol en el 72', ambos con problemas musculares a la espera de someterse a las pertinentes pruebas médicas. Además, Baraja y Eguren vieron la quinta amarilla y serán baja.