El Geta siembra dudas al Barça

Liga BBVA | Barcelona 1 - Getafe 1

El Geta siembra dudas al Barça

El Geta siembra dudas al Barça

Manu abrió el marcador en un contraataque. Keita, de cabeza, salvó un punto para los culés. El empate genera incertidumbre entre los blaugrana

Psicoanalista con experiencia en reducir estados de angustia, se necesita. Preguntar por Pep Guardiola, avenida Arístides Maillol, sin número, Camp Nou.

En el peor momento, justo antes de que empiece a vérselas con los gallitos de la Liga, al Barcelona le han entrado las dudas. ¿Y si no somos tan buenos como creíamos? ¿Y si tenía razón el entrenador en pedir prudencia, humildad, mantener los pies en el suelo? ¿Y si los que ya nos comparaban con el Dream Team -sin haber ganado aún nada- se pasaron de exagerados? ¿Y si resulta que jugar bonito no siempre es sinónimo de jugar bien? ¿Y si lo que nos pasa es que tenemos un derroche narcisista y no tenemos en cuenta que hay mundo más allá de las paredes de nuestro vestuario? ¿Y si resulta que dependemos de Messi más de lo que creíamos? El Getafe puso la zozobra en un vestuario donde hasta ahora todo parecían certezas, y ahora hace falta un diván, porque lo que viene es cuesta arriba: Sevilla de entremeses, Valencia de primero, Real Madrid de segundo y Villarreal de postre. La copa y el puro dependerán de si el menú le resulta indigesto al Barça o si le quedan ganas de celebrar algo.

Las rachas ya no son lo que eran. Ahora bastan dos partidos ganados o perdidos para crear una, para hablar de crisis o empezar a pensar en objetivos altísimos. El Getafe compareció en el Camp Nou con un pegote en la espalda, señalado como un equipo en declive, después de tres malos resultados consecutivos. Sin embargo, supo sacudirse enseguida ese tufo de conjunto en horas bajas. Ordenado en defensa, con las ideas claras en la transición ofensiva, se plantó ante el Barça sin complejos, dispuesto a luchar por cada palmo de terreno con la convicción y la dignidad de los más grandes. Gavilán enseguida comenzó a complicar a Alves y Licht se convirtió en la pesadilla de un Bojan condenado a jugar de extremo derecha por Guardiola. Lo que a menudo se observa como el costado más poderoso del líder de la Liga -ese por donde sube Alves, maniobra Xavi y desequilibra Messi, en algodones tras sus molestias musculares- anoche fue el punto débil. Tras el descanso, Guardiola mandó a Bojan al otro lado, para que fuera Hleb quien ocupara la banda derecha. Duró diez minutos, los que tardó el técnico en quitar a ambos y apostar por Pedro (antes Pedrito) y Henry.

El eje defensivo culé fue otro mal sueño. Sin Márquez, también reservado para el miércoles europeo, volvió a desnudarse la fragilidad de Piqué y Puyol cuando juegan juntos. Un despiste del primero le costó al Barça irse al descanso en desventaja: el certero contraataque del Getafe concluyó con un derechazo precioso y bien colocado de Manu ahí donde les duele a los porteros, se llamen como se llamen; Valdés no fue la excepción: se estiró hacia la izquierda, abajo, y vio pasar el 0-1.

El Camp Nou, que sigue de espaldas a este proyecto de esbozo de bosquejo de gran equipo (ayer no llegó a tres cuartos de entrada), se quedó helado. Lo que parecía un lujoso esmóquin ahora resulta que tiene remiendos y se le ven los zurcidos.

Sin remontada. Así como hay cambios que operan para bien (la entrada de Pedro y Henry en el Barça), otros salen rana. Le pasó a Víctor Muñoz, que decidió primero poner a Cortés por un cansado Granero y después, cuidar a Licht, que ya tenía una amarilla. Cortés se despistó en un córner de Alves y dejó a Keita solo para cabecear el empate. La marcha de Licht coincidió con las mejores incursiones del Barça por la banda en la que flaqueaba. Aun así, fue incapaz de remontar el equipo local, que tuvo un cabezazo de Piqué al larguero y, por lo demás, más gas que refresco.

El Geta encontró en Albín al mejor, un tipo al que le tiran un melón y lo convierte en jugada de ataque. Sólo la mala suerte le impidió marcar el segundo del Getafe, que se aguantó por un colosal trabajo de derribo de Polanski, que haciendo honor a su apellido dirigió las acciones en la zona de conflicto.

Al final, un punto para cada uno y muchas dudas. Las del Barça, claro, que necesita un psicoanalista.

El detalle: el árbitro iba como el Getafe

De amarillo y negro vestían unos y otro. Varios pases del Geta fueron en dirección al árbitro, que con su camiseta amarilla y pantalones negros iba con los mismos colores que el equipo madrileño, aunque alternados. Pese a lo que resultaba evidente (que movía a la confusión), González Vázquez no modificó su atuendo tras el descanso del partido.