Valladolid-Real Madrid, una final en Pucela

Liga BBVA | Valladolid-Real Madrid

Valladolid-Real Madrid, una final en Pucela

Valladolid-Real Madrid, una final en Pucela

chema díaz

Partido fundamental para ambos equipos. Torres vuelve al lateral

Para el Real Madrid la semana ha sido como un mes, uno malo: eliminación de la Copa contra el Real Unión, los reproches, la baja de Van Nistelrooy, otras lesiones. Con ese panorama, el partido de esta noche ha adquirido una importancia fundamental. Si el equipo remonta el vuelo, y no digo ya si renueva el título, se señalará siempre que lo hizo desde Valladolid, desde esta noche, cuando el entrenador pendía de un hilo; otros, técnicos y jugadores, se salvaron en circunstancias parecidas y aún se recuerdan los campos de su rescate. Cada éxito se acompaña de un punto máximo de drama. El problema es que cada fracaso también.

Para el Madrid es un partido para dormir como líder o para no dormir, pero para el Valladolid no lo es menos. El anfitrión sólo ha ganado un encuentro de Liga de los seis últimos (3-2, al Sevilla), con cuatro derrotas y un empate. Eso le deja con diez puntos, todos sumados en Pucela, a tres del descenso. En Copa, el equipo se clasificó para octavos: después de vencer 1-5 en Alicante, en Pucela se dejó empatar con dos goles del Hércules en los últimos seis minutos.

El pulso del Madrid no se mide por los resultados ligueros, casi impecables: el equipo encadena nueve jornadas sin perder y si gana en Valladolid será el mejor Madrid desde la temporada 91-92, con Antic de entrenador, que ya saben como acabó. La enfermedad del Madrid no son tanto los hechos como la tendencia. El equipo gana tan al límite que así ha perdido la Copa. En sus frenéticos intercambios de goles pesa más el arrebato que el sistema, el orgullo que el dibujo, e importan mucho más los jugadores que el entrenador.

Reválida.

Esa es la razón de que Schuster pase examen en Valladolid. Ya no se cuestiona su mal carácter, sino su capacidad. Entre sus urgencias está detener la sangría en defensa. El Madrid ha recibido 32 goles (tres de falta directa) en 18 partidos oficiales. No encajaba 16 goles en diez jornadas desde la temporada 99-00, antes de que Casillas fuera mozo.

Pese a todo, no se esperan cambios en la alineación, y tampoco los permiten las lesiones. Partiendo del equipo habitual en Liga (el superviviente), Torres ocupará el lateral por donde corretea Marcelo y en el centro del campo se presenta la duda de Sneijder o Javi García, más ataque o más defensa. Por delante, Schuster insiste con Drenthe y repite con Raúl e Higuaín, el goleador más decisivo del campeonato: sus nueve goles han valido 10 puntos. El joven Alberto Bueno regresa a la lista y hoy le acompaña, además del recuerdo de su último gol, el santoral: San Alberto Magno.

En la otra orilla, Mendilibar no esconde su estrategia: presionar arriba, impedir que el Madrid circule el balón, que Guti conecte con la delantera. Lo consiguió la pasada temporada, cuando el Valladolid completó un partido magnífico con un solo inconveniente: empató. Esta vez el desafío será compensar la sequía goleadora del equipo (sólo nueve goles a favor) con la exuberancia atacante del Madrid (+28). En este sentido, Canobbio, jugador excelente, será la clave para recuperar el olfato de gol y para que por fin se estrene Goitom, virginal en Liga.

José Zorrilla.

Para su desgracia, el Valladolid no podrá contar a su favor con el efecto campo: el Madrid solamente ha perdido en una de sus últimas 14 visitas al José Zorrilla, fue en 2002 (2-1). Desde entonces los madridistas se han llevado la victoria en seis ocasiones y han empatado otras siete.

Pero la estadística no calcula estados de ánimo. Este Madrid llega herido, necesitado, pendiente de sutura. Para el proyecto deportivo, Valladolid es una encrucijada. Para el equipo es una prueba de orgullo, pues no sólo el entrenador está cuestionado, también la calidad de los jugadores. Es tantísima la tensión que no se puede descartar una última pirueta de Bernd Schuster, al estilo de aquella barrera deslizante. Hoy se juega una final en el José Zorrilla, autor que escribió, entre otras obras ilustres, 'Para verdades el tiempo y para justicias, Dios'.

Vuelve a escena el balón amarillo

El Valladolid-Real Madrid abre la jornada 11 de Liga, por lo que será el primer partido en el que volverá a utilizarse el balón amarillo, especialmente diseñado para ser más visible en los meses de invierno, donde las condiciones metereológicas son más adversas. El esférico amarillo se utilizará en Primera y Segunda hasta la segunda jornada de febrero, tras la cual se volverá al modelo habitual.