El Betis aprovecha los regalos

liga bbva | Osasuna 0 - Betis 2

El Betis aprovecha los regalos

El Betis aprovecha los regalos

RODRIGO DIAZ - Diario as

El conjunto de Camacho, que no mereció un resultado tan negativo, fue presa de sus excesivos nervios y pagó caro los errores, tanto propios como arbitrales. Un gol mal anulado a Santi Ezquerro en los primeros compases marcó el desenlace del encuentro. Después, dos fallos garrafales de la defensa rojilla, permitieron que Mehmet Aurelio inaugurara el marcador al abrirse la barrera en una falta, y que Pavone sentenciara con la inestimable colaboración del meta Ricardo.

Osasuna volvió a perder una buena ocasión de conseguir su primera victoria en un partido con gran expectación en el Reyno de Navarra por el debut del nuevo técnico, José Antonio Camacho, ante su afición. Los locales, que no merecieron un resultado tan negativo fueron presa de sus excesivos nervios y de los errores, tanto propios como ajenos. Por el contrario un Betis con las ideas muy claras y bien ordenado el campo supo manejar a su antojo el encuentro y aprovechar los regalos de la zaga rojilla. Con los goles de Mehmet Aurelio y Pavone, los de Chaparro cogen confianza y se instalan en la parte media de la clasificación. El árbitro también tuvo su cuota de protagonismo al anular un tanto legal a Santi Ezquerro y eso a estas alturas es una losa demasiado pesada para los rojillos.

Tras una semana en la que Camacho ha tenido tiempo para familiarizarse con su plantilla, la consigna está clara en estos primeros compases: líneas juntas, fuerte presión, salida rápida al contraataque y carácter, mucho carácter. No parece que le vaya a costar mucho contagiar a sus jugadores esa garra que siempre ha caracterizado al técnico murciano, lo que si parece más complejo es transmitir esa confianza y serenidad a la hora de generar ocasiones en el área rival. Camacho plantó de salida dos pivotes en el centro del campo para dar la consistencia que necesita el equipo atrás y situó a Santi Ezquerro en el perfil izquierdo pero haciendo las veces de media punta. El comienzo fue esperanzador para los 18.000 aficionados que abarrotaban las gradas. Los rojillos comenzaron muy enchufados y trataron de apretar desde el principio a un Betis que, aunque tardó en entrar en el partido, no perdió la compostura en ningún momento.

El Betis de Chaparro saltó al campo con la confianza que da haber conseguido su primera victoria de la temporada. Con la filosofia del futbol vistoso por bandera, los verdiblancos supieron sacudirse la presión con un par de internadas a la contra, avisando a los locales de que el mínimo error podia costarle el partido. El técnico andaluz parece haber encontrado la tecla en el centro de campo, apoyándose en el poderío físico de sus dos ejes en la medular. Mehmet Aurelio y Emaná se están mostrando como dos de las grandes revelaciones del campeonato, liberando a Capi de las tareas defensivas y transmitiendo peligro en cada una de sus llegadas.

El árbitro complica más las cosas

Las buenas sensaciones de los navarros quedaron patentes cuando, pasado el primer cuarto de hora, un mal despeje de la zaga verdiblanca acabó con un gran pase a la espalda de Nelson, que veía como Santi Ezquerro, completamente solo en el segundo palo, bajaba la pelota y con mucho temple la colocaba en la escuadra. Pero hay algo que no cambia en Pamplona, el arbitraje. El juez de línea levantaba el banderín anulando un gol completamente legal. Pañolada en las gradas y a seguir luchando contra viento y marea.

En pleno acoso rojillo y aprovechando la inercia atacante, Ezquerro lanzó una pared con Portillo y desde el carril del diez, soltó un fuerte disparo poniendo en problemas al meta bético. El guardameta, que veía impotente como los rojillos merodeaban con frecuencia sus inmediaciones, se desgañitaba exigiendo a su defensa que taparan el juego de segunda línea. Una vez sacudida la presión local, el Betis comenzó a encontrarse consigo mismo y, bajo el mando de Capi comenzó a tocar de un lado a otro, llegando sus primeras ocasiones. En la primera Fernando Vega probó al meta Ricardo con un potente disparo desde la frontal del área, y posteriormente Emaná, puso un gran pase a la espalda pamplonica, pero Damiá cruzó en exceso ante el murmullo de la grada.

Con la igualdad como tónica general llegó el partido a su descanso, con más aproximaciones del conjunto local pero con mayor sensación de peligro por parte de los andaluces. Tras la charla de los entrenadores el partido continúo por los mismos derroteros, pero con un punto más de intensidad y ritmo. Osasuna pareció confundir esa intensidad con ansiedad y eso, en ocasiones es bueno, pero en otras te puede costar un partido.

Osasuna, presa de sus errores

Fruto de la ansiedad Osasuna cometió dos faltas consecutivas en la frontal del área. Emaná no supo aprovechar la primera oportunidad, estrellando el balón contra la madera. Mientras Camacho se desesperaba en el área técnica, Mehmet Aurelio colocó el balón y el resto lo hizo la barrera. El brasileño nacionalizado turco lanzó a media altura, y la barrera abrió el hueco necesario para que el balón se colase dentro de la portería ante la desesperación del meta rojillo. Los peores augurios se cumplían y la ansiedad se apoderaba de los jugadores locales.

A partir de ahí, Osasuna se tiró a tumba abierta en busca de un empate, que seguramente mereciera. El partido se abrió de par en par y este tipo de partidos suele beneficiar a los que más calidad y confianza tienen. El Betis con mayor serenidad guardaba la ropa, esperando su momento. Los rojillos tuvieron el partido en sus manos cuando en una nueva demostración de inoperancia arbitral y con dos balones en el terreno de juego, Mateu Lahoz dejó sacar un libre directo que Portillo, a bocajarro, no supo cabecear para transformar el ansiado empate.

Con el run run en la grada y los primeros gritos acordándose del presidente de la entidad, Osasuna se olvidó de la máxima de que para poder ganar hay que defender. Un balón perdido en ataque propició un contragolpe de cuatro jugadores béticos contra uno rojillo, que el omnipresente Emaná se empeñó en desperdiciar tras un mal pase a Capi.

Cuando parecía que el gol podía llegar de un lado y de otro, llegó la gota que colmaba el vaso. A falta de cinco minutos, el meta Ricardo no supo atajar un inocente y centrado disparo de falta de Emaná, y Pavone con la caña preparada daba la estocada definitiva. Dos fallos y dos goles. Osasuna parece estar de rebajas y el Betis no dudó en aprovecharse.