"No eres tú quien deja el fútbol. Es el fútbol el que te retira"te retira a ti"

Los lunes del asador donostiarra | Cañizares pasa revista

"No eres tú quien deja el fútbol. Es el fútbol el que te retira"te retira a ti"

"No eres tú quien deja el fútbol. Es el fútbol el que te retira"te retira a ti"

Cañizares ha saltado del campo al plató y el estudio de radio sin traumas ni síndrome de abstinencia. El adiós parece, escuchándole en el Asador Donostiarra, casi una liberación. Pero con lo que le gusta el fútbol, acabará añorándolo.

Se confiesa feliz Santiago Cañizares Ruiz (Puertollano), sin mono de fútbol, lo que extraña después de 23 años como profesional. "No ha sido un drama por la situación personal que vivo. De hecho, tuve dos ofertas de Inglaterra este verano, del West Ham y del Everton, y dije que no. Allí no iba a encontrarme cosas que no haya vivido ya. Y tampoco sé si hubiera aguantado mi cadera. Voy para 39 años... Yo sentía la necesidad de dedicarme a mi familia después de tantos años entregado al fútbol. Pero es verdad que sí he visto a algunos que han quedado desubicados en la vida después de abandonar el deporte. No es mi caso. Quizá si hubiese estado soltero se me estaría cayendo la casa encima".

El día después de Cañizares son El día del fútbol, programa de Digital+, y la cadena SER. En ambos ejerce de analista, principiante pero entusiasmado: "Me ha costado muy poco adaptarme a los medios de comunicación, donde me siento bastante cómodo. Entre otras cosas porque analizo situaciones que me han pasado a mí. Yo entiendo por qué sorprendió Van Nistelrooy a Leo Franco, por qué Messi le hizo aquel gol al Atlético. Creo que puedo encontrar explicaciones a cosas que suceden en el fútbol y que la gente desconoce. Esa es mi aportación y no cuestiones tácticas, porque yo no soy entrenador. Y aplico una norma inviolable: el respeto al futbolista. A mí no se me escuchará decir 'se la ha comido' o 'vaya cantada'. Yo diré que un portero ha pecado de exceso de confianza o estaba mal colocado". Sin embargo, desde su primera retransmisión sabe que la polémica le aguarda en cuanto asoma el Valencia por el túnel de vestuarios: "En el Madrid-Valencia de la Supercopa dije que Hildebrand estaba mal colocado y se montó una enorme polémica. Incluso el propio Hildebrand contestó en su web, cuando en mi ánimo nunca estuvo ser sensacionalista. Menos mal que tampoco comento muchos partidos del Valencia...".

Y así, entre la radio, su empresa inmobiliaria y su familia procura olvidarse del césped Cañizares. A ratos le cuesta: "Hay días que necesito salir a correr, a sudar". Y de inmediato avisa: no volverá por mucho que algún club agobiado le llame en el mercado de invierno. "Mi decisión de retirarme es definitiva. He sufrido. El cuerpo te duele mucho con 38 años y sabes que te encontrarás con el quiero y no puedo".

Confiesa Cañizares que la retirada no le sobrevino de improviso, pese a lo que su contrato (le quedaban dos años con el Valencia) y su sorprendente apartamiento de la plantilla en mitad de la temporada parecían indicar: "Cuando cumples 30 años debes asumir que el final está próximo. Tú no dejas el fútbol. Es el fútbol el que te retira a ti. Siempre imaginé mi adiós con una llamada del presidente o del entrenador diciéndome que había llegado mi hora. También tenía pensado marcharme cuando apareciera uno mucho mejor que yo. 'Ahí tienes mis guantes', le hubiera dicho. Pero eso no sucedió".

Koeman.

Un buen día del invierno pasado, Ronald Koeman, técnico recién fichado para suplir a Quique Flores, decidió apartarle del equipo junto a Albelda y Angulo, otros dos históricos: "Imaginaba que podía pasar en cualquier momento, porque en privado le había dicho al presidente Soler que no estaba de acuerdo con algunas de sus decisiones. Y otros que lo hicieron antes, empleados del club, no jugadores, acabaron en la calle. Respetando la decisión y creyendo que fue Koeman quien la tomó, me parece un error desde la óptica del club. Dejó a la plantilla en 22 cuando los demás tenían 25. El Valencia quedó en inferioridad. Al superar los 30 años, algunos intentamos aportar nuestra experiencia en favor del club. Bien entendido, eso se llama compromiso. Mal entendido, querer mandar donde no debes. Pero yo vi como cinco o seis veteranos ayudaron a Manuel Llorente (ex consejero delegado del club) y él siempre lo entendió así. Y conste que entonces yo no formaba parte de ese grupo".

"En el momento en que me apartaron supe que no seguiría en el fútbol. Mis tres hijos viven en Valencia y tenía claro que me iba a costar salir de la ciudad. Yo sólo deseaba jugar allí, pero no me gusta estar ni un minuto en un sitio donde no me quieren". La respuesta fue desigual: "Algunos medios de comunicación aplaudieron al presidente porque estaban sometidos al club, pero en la calle hubo manifestaciones en nuestro favor. De la plantilla no me decepcionó nadie porque yo tampoco quise comprometer a ningún compañero. Y sé que ellos veían peligrar su puesto de trabajo".

El fútbol le dejó cuatro Ligas, dos Copas, dos Supercopas de España, una Champions, una UEFA, una Supercopa de Europa, una medalla de oro en Barcelona 92, cuatro zamoras y muchos recuerdos que le han convertido en coleccionista. Pero no ha prendido en él la ilusión por entrenar: "No lo considero un 'marrón'. De hecho, tengo el título de entrenador juvenil. Pero ahora mismo no pienso en ejercer. Quizá dentro de unos años lo vea de otra manera".

Su larga carrera dejó hechos casi insólitos, que ahora son más fáciles de explicar. Por ejemplo, aquel episodio del frasco de colonia con el que se cortó un pie y que le impidió jugar el Mundial de 2002: "Aún hay gente que no me cree. Fue una desgracia muy graciosa". Aún así, viajó a Corea: "Yo estaba haciendo la maleta para volver y entraron en la habitación Hierro y Raúl. Me dijeron que mi fisio en el Valencia estaría allí y me ayudaría a recuperarme, y que para ellos y para el grupo sería bueno que viajara. Así que se lo propusieron a Camacho. No sólo dijo que sí, sino que además se emocionó. La verdad es que para mí fue un sacrificio, porque no podía moverme, pero...". Para ese Mundial había decidido teñirse de rojo. Ya en Corea se cambió ese color de mal fario. La conversación invita a hablar de su aspecto: "Fue mi peluquero quien me recomendó teñirme de rubio. Estaba deprimido porque había sufrido una fisura de tibia en un choque con Van Nistelrooy, que jugaba en el PSV, aunque debo decir que yo fui con peor intención que él. El cambio de look resultó bien y lo mantengo hasta hoy por superstición". Otra de colores: "Yo siempre preferí lucir colores chillones en la camiseta. Tengo la impresión que hacen más grande la figura del portero para el delantero".

Luis.

De Mundial a Mundial y de polémica a polémica: la presunta bronca con Luis Aragonés en Alemania. "Fue en un entrenamiento. Estaba previsto un ejercicio de fútbol tenis y sobraba un portero. Nos consultaron sobre quién prefería hacer otro tipo de ejercicios y yo me ofrecí. Entonces Luis, con su ironía habitual, comenzó a gesticular: 'Claro, como usted entrena en Valencia con pelotas de tenis. Yo tuve un preparador físico que quiso imponer bicicletas y le sugerí que las empaquetara camino de Toledo, para que las utilizara Bahamontes. Así que cuando a usted le saquen las pelotas de tenis, pida dos raquetas', me dijo en tono de broma. La Prensa interpretó otra cosa. Se puso en duda mi capacidad profesional, mi actitud, y no podía consentirlo porque de eso presumo. Así que, como habían pasado cuatro días y nadie lo desmentía, me fui a Luis y le pregunte que si tenía algún problema conmigo. Y que si así era, corregiría lo que él pidiera. Entonces reconoció que tenía que haber salido al paso de aquello, lo hizo en un comunicado, y me anunció que si ganábamos a Túnez, yo jugaría ante Arabia Saudí".

Cañizares revela que él partió con ventaja sobre Casillas en la era Luis, pero la perdió en el primer partido, ante Venezuela (3-2): "Nos dijo a Iker y a mí que yo empezaba como titular, pero en aquel partido no estuve bien y... Sólo llevaba quince días entrenando y cuando pasas de los 30, necesitas un mes para ponerte bien. Al volver de vacaciones no puedes ni moverte. Mirad cómo Raúl está mucho mejor en octubre que en septiembre". A Raúl hemos llegado. Amigo personal y compañero del alma: "Si él no ha ganado el Balón de Oro es que el premio está devaluado. Ha sido un ejemplo. Sólo se ha quejado, y en privado, de los entrenadores que intentaron explicarle por qué no jugaba. Nunca ha querido un trato especial. Yo creo que a la Eurocopa no fue porque su figura mediática podía distraer, podía hacer que la gente no mirara al grupo". Cañizares repasa los porteros con los que se llevó bien (Molina, Casillas, Illgner, Zubi y Butelle) y con los que nos se llevó tan bien (Buyo, Palop y Hildebrand), y reclama un reconocimiento para el gremio: "Yo le daría este Balón de Oro a Casillas esta temporada. Nadie ha hecho más que él para lograrlo". Y antes de empaquetar definitivamente sus recuerdos, va a la pelea contra aquel 'ushiro nage' de Marchena a Raúl, un penalti polémico para la eternidad: "Soy cinturón negro, segundo dan, de judo. Y mi padre, profesor y árbitro internacional. Y eso no fue un 'ushiro nage'. Se lo dije a mi amigo Alejandro Blanco (entonces presidente del judo español y ahora del COE), que fue quien lo explicó. Ahora, hizo bien en promocionar un deporte que nos ha dado muchas medallas olímpicas".