Cuando el sábado en Montjuïc, y de manera insólita en el calentamiento, Lucas Licht le hizo una entrada de no te menees a Joffre Guerrón y éste invocó a su madre con la palabra 'concha' en una de esas frases que provocan la ira incontenible de los argentinos, a ambos tuvieron que separarles. Licht y Guerrón tienen un carácter especial pero ninguna cuenta pendiente más allá de que se midan en los ensayos porque es inevitable que el lateral zurdo marque al extremo derecho. Pero estas cosas feas asomaron ya en la pretemporada...

Con Laudrup quedó imagen de un Geta heroico y estético pero algunas de sus decisiones no alimentaron la piña del grupo. Hubo grietas entre jugadores y un par de facciones que se mantuvieron firmes en la pretemporada de Segovia y Holanda donde se produjeron verdaderas 'entradas asesinas', según el entorno del club. Víctor Muñoz, en principio despistado y muy del gusto de meter pierna fuerte cuando se trabaja, lo atribuía al carácter competitivo del grupo. Cuando le aclararon que algunos iban más allá de la 'feroz competencia' tuvo que hacer caso a varios jugadores y parar y dar por terminados ¡hasta tres entrenamientos!, para que la sangre no corriera. Hasta Toni Muñoz intervino para limar divisiones que, eso sí, se tradujeron en la votación secreta por la capitanía que contó AS: salieron Belenguer, Cotelo, Casquero y Cortés, pero no el Pato, tercer capitán el año pasado. La sensatez general de una gran plantilla va cerrando heridas y Víctor, que maneja bien lo táctico y lo físico, deberá hacerse con la pata emocional. Por eso reprendió con celeridad a Licht y a Guerrón: ya sabe que conviene no llamar a los fantasmas...