Con Ronaldinho y Shevchenko, el Milán va de mal en peor

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Con Ronaldinho y Shevchenko, el Milán va de mal en peor

Con Ronaldinho y Shevchenko, el Milán va de mal en peor

reuters

En agosto, los fichajes de Ronaldinho y Shevchenko elevaron el ánimo de la afición rossonera. Hoy, el equipo es colista al perder sus dos primeros partidos ante Bolonia y Genoa. El Milán ha pasado de fichar lo mejor del mercado a conformarse con las sobras de otros equipos. El brasileño no rinde y es pillado de juerga. El ucranio no hace goles. Zambrotta, con 31 años, es el más joven de los titulares en defensa. Pirlo, el cerebro, se ha lesionado para dos meses.

El Milán es un equipo que sufre una rara enfermedad: la nostalgia por el pasado y por las viejas glorias. De ser el club que construía para el futuro, cuando fichaba a los grandes cracks nada más aparecían, como ocurrió con Van Basten, Gullit y Rijkaard, ha pasado a ser el equipo que tiene los cracks que los demás clubes ya no quieren, como Ronaldinho y Shevchenko.

La transformación del Milán le ha convertido en un equipo más mediático que técnico. Hay ejemplos: el Milán tiene más abonados que el Inter, campeón de Liga, y cuando se hizo la presentación oficial de Ronaldinho, en San Siro había 40.000 espectadores en pleno verano simplemente para verle vestido de rossonero. Le sucede igual que al Inter de años pasados, que ganaba los títulos en la prensa en agosto y luego fracasaba en el campo en invierno y primavera. El actual Milán sigue la misma trayectoria. A la hora de la verdad ha fracasado en los dos primeros partidos de Liga (derrotas ante Bolonia y Genoa) y desde el comienzo de la temporada siempre ha encajado goles, excepto en un amistoso ante un equipo de Tercera, la Cremonese, con el que empató a cero.

Siendo palpables los problemas defensivos del equipo, donde el más joven de los titulares es Zambrotta, que tiene 31 años, el Milán sólo se ha preocupado en fichar delanteros. Y ahora llegan los problemas. Ronaldinho sólo ha jugado 20 minutos como estrella. Fue en el primer partido y no fueron suficientes para evitar la derrota contra el Bolonia.

En el segundo encuentro, Ronaldinho sólo jugó el primer tiempo. Parado en el campo como la banderita del saque de esquina, fue sustituido en el descanso. Había vuelto a Milán desde Brasil envuelto en el escándalo de una loca noche de juerga. Al llegar, se reunió con Adriano Galliani, quien aceptó la versión del jugador, según el cual no pasó toda la noche fuera de casa, sino sólo hasta las dos de la madrugada.

Las condiciones físicas de Ronaldinho preocupan. La afición, que estaba entusiasmada con él, se va desilusionando porque Ronaldinho tampoco convenció el jueves, en Copa de la UEFA, contra el Zúrich. Salió en la segunda parte, y a los tres minutos de estar en el campo, el equipo encajó su único gol en contra.

El Milán parece un equipo de viejos galácticos, pero sin la Champions, colista en liga tras dos partidos y con un futuro lleno de incógnitas. A ello se suma la lesión de Pirlo, que deja al cerebro del equipo dos meses K.O. Mientras tanto, Gilardino, víctima mediática de los brasileños Ronaldo y Pato, se fue a la Fiorentina y ha marcado tres goles en Champions y uno en Liga. Pero Gilardino era demasiado joven, demasido italiano y con demasiado futuro para un equipo que vive con el pensamiento en el pasado.

Refuerzos que no funcionan

Shevchenko y Flamini llegaron libres. Abbiati regresó al club tras estar un año cedido en el Atlético. El portero y Zambrotta son los fichajes que de momento están siendo más utilizados.

El Lazio, líder, visita al Milán, que es último

La tercera jornada de la liga italiana trae un duelo desigual. El Milán, que es colista junto al Cagliari empatados a cero puntos, recibe la visita del Lazio, actual líder y que ha vencido en sus dos anteriores compromisos. El dúo atacante Zárate-Pandev hace estragos y ambos han anotado en los dos partidos ligueros. Llevan tres y dos goles respectivamente y encabezan la lista de goleadores del campeonato. En el Milán, lo más probable es que Ronaldinho sea suplente tras sus malas actuaciones.