El gas ruso salvó al gran equipo del Tercer Reich

Champions league | Schalke - Atlético

El gas ruso salvó al gran equipo del Tercer Reich

El gas ruso salvó al gran equipo del Tercer Reich

El Schalke ganó 6 ligas del 34 al 42, pero casi desaparece en 2006

El Schalke 04, como el Atlético, está en plena recuperación de su identidad. Fundado en 1904 como Westfalia Schalke por un grupo de estudiantes, pronto las características socioindustriales de su ciudad, Gelsenkirchen, marcaron el devenir del club. Esta urbe era a principios del siglo pasado el mayor centro minero, en lo que a carbón se refiere, de toda Europa. Enclavada en la cuenca del Río Ruhr, las minas habían hecho que Gelsenkirchen pasara de apenas 6.000 habitantes en 1840 a casi 140.000 comenzado el siglo XX.

La inmigración, mucha de ella polaca, llegó a la ciudad para trabajar en las minas y, también, para jugar al fútbol. En un par de décadas el Schalke 04, conocido así a partir de su refundación en 1924, se convirtió en el símbolo de la ciudad más importante de Alemania en términos energéticos.

Durante el III Reich, Gelsenkirchen tomó un papel protagonista como centro del desarrollo industrial y energético y tanto la ciudad como su equipo fueron tomados como los modelos de la Nueva Alemania. De hecho, los mayores triunfos del equipo blanquiazul tuvieron lugar durante el periodo comprendido entre la ascensión de Hitler al poder (1933) y su caída (1945). En esos años, el Schalke sólo perdió seis partidos de 189 disputados.

Die Knappen (los Mineros) consiguieron seis de sus siete ligas en esos años de esplendor y de régimen. Fue la época del gran Ernst Kuzorra, el mejor jugador en la historia del club, quien junto a su cuñado Fritz Szepan llevaron al Schalke a coronarse como el equipo más poderoso de Alemania.

La dura caída.

Durante la Segunda Guerra Mundial, dada su importancia de abastecimiento energético para las tropas, Gelsenkirchen fue duramente bombardeada. El declive alemán coincidió con el derrumbe del Schalke. El equipo estaba ligado a una industria que había sido casi totalmente aniquilada por el conflicto. De hecho, sólo un título más de Liga adorna sus vitrinas. El conseguido en 1958. Ni siquiera con el nacimiento de la República Federal Alemana y la Bundesliga, el Schalke pudo levantar cabeza. La ciudad trabajaba para abandonar su pasado minero e integrarse en la nueva industria. En 1971 varios jugadores del equipo fueron sancionados por dejarse ganar un partido contra el Arminia, sólo por dinero. Al año siguiente el equipo ganó la Copa, pero empezó a convertirse en un asiduo de la Segunda División.

En los 90 llegó el cambio. La reconversión industrial empezó a afianzarse y las minas desaparecieron. Además, se produjo el milagro de 1997. El Schalke se coronó campeón de la UEFA en Milán ganando al Inter en los penaltis. En el equipo dirigido por Huub Stevens brillaban Thon, Wilmots, Nemec, Buskens, Lehmann... Sin embargo, el equipo comenzó a acumular deudas y la situación llegó a ser crítica casi una década después. 120 millones de deuda tenían la culpa, con el Mundial de Alemania en el horizonte.

Sin embargo, la salvación llegó de donde menos lo esperaban los aficionados mineros. Recién derrotado en la lucha por la cancillería en 2006, Gerhard Schroeder, hincha del Borussia Dortmund, enemigo a ultranza del Schalke, comenzó a trabajar de asesor para Gazprom, la primera empresa rusa y uno de los mayores extractores de gas natural del mundo. El borusser Schroeder colaboró para salvar al Schalke al recomendar un acuerdo que cifra el patrocinio del gigante ruso en 125 millones hasta 2011.

Gazprom explicó su hermanamiento con el equipo alemán por ser éste un modelo de la laboriosidad industrial alemana. El club se apresuró a significar que respondería con trabajo de cantera y no derrochando en el mercado. La administración del dinero ha sido la base de la nueva prosperidad de este equipo, que si bien sigue sin ganar la Liga (en 2001 la perdieron en el último minuto y en 2007 a falta de una jornada), sí es asiduo en la fase de grupos de la Champions. Algo que el Atlético debe ahora evitar.

Seña de identidad. El dinero ha llegado a Gelsenkirchen y la última mina de carbón cerró en 2000. Ahora la ciudad tiene la mayor planta de energía solar del país, pero eso no ha borrado la identidad del Schalke. "Si hay un minero en Alemania, es del Schalke", afirma Rolf Rojeh, presidente desde hace 30 años de la asociación de peñas del club, una entidad que agrupa a 74.000 seguidores.