Desde que se confirmó que un puñado de hombres considerados de otra galaxia vendría a Bogotá, el mundo del fútbol colombiano entró en éxtasis al contemplar la dimensión del banquete deportivo que tendría lugar en el estadio El Campín de la capital: contemplar a los llamados "fuera de serie". que cada domingo se ven por la pequeña pantalla del televisor en lujosos estadios. Disfrutar en directo con el combo de Raúl, Van Nistelrooy, Robinho y sus amigos dejará hoy de ser imposible para convertirse en toda una realidad.

Para los colombianos que gustan del fútbol, tener al Real Madrid en la capital es la ocasión de constatar que los merengues no viajan en naves espaciales ni que Raúl o Van Nistelrooy tienen tres piernas o cuatro cabezas para hacer las fantasías que hacen por las diferentes canchas del mundo. Sin embargo, ver a los astros directamente en la cancha no será fácil. Algunas de las entradas casi triplican el salario mínimo legal y por ello la venta de entradas no ha sido la esperada, convirtiendo al estadio El Campín en el escenario más grande del mundo por una simple razón: ni siquiera es capaz de llenarlo el considerado mejor equipo del siglo.

Bogotá, que cumple 470 años de su fundación, se engalanó para recibir la ilustre visita y estar a la altura de tan ilustre huésped. No en vano hace 49 años que el Real Madrid no visita Colombia. Un buen regalo de los madridistas sería lo que 44 millones de colombianos están esperando, la fantasía de un grupo de galácticos que decidieron bajar a la tierra para hacer lo que mejor saben: jugar al fútbol y divertir a la gente que les sigue.

Jimmy Montes es redactor de deportes del diario El Tiempo, de Colombia.